DETENCION
Y CONDENA DE JORGE CONILL Y EL RAPTO DEL VICECONSUL DE MILAN
A Jorge
le detuvieron cuando volvía de Francia, había estado en Toulouse con Alberola y
otros libertarios planeando futuras acciones contra Franco. Cuando llegó a
Barcelona la policía estaba esperándole en su casa, su hermana me contaba que
toda la familia reunida esperaban que jorge estuviera avisado y no apareciera
por allí, no fue así, de pronto oyeron la llave de la puerta que se abría y la
voz de Jorge, la policía se apoderó de él y se lo llevaron al siniestro
cuartelillo de la Vía Layetana donde Creix el director de la Brigada Político
Social le esperaba.
Nunca
se ha sabido a ciencia cierta lo que motivó la caída de los libertarios de
Barcelona, yo temí que hubiese sido alguna imprudencia de nuestra parte que
guiase a la policía hasta nuestro grupo, cuando años después me encontré con
Jorge en Barcelona se lo pregunté, me dijo que no había sido culpa nuestra,
pero no me dio razones, muchos años después una prima suya me contó que a Jorge
le denuncio su padre, solía salir con nosotros alguna noche y se dio cuenta de
que su hijo estaba metido en algún lío político, como era amigo de un policía
le dijo que temía que su hijo estuviera metido en política, cosa de
estudiantes, y le convendría llevarse un buen susto, la policía investigó y
supo que precisamente el joven estudiante era del grupo libertario que ponía
las bombas en Barcelona y que no
acababan de localizar. Lo de la denuncia del padre también me lo contaron por
otro conducto, no se si será verdad pero como me lo contaron lo cuento, lo que
se es que el padre de mi amigo fue diciendo por Barcelona que la culpable de
las desgracias de su hijo era yo y que si me cogia me daría una buena paliza,
que no hubiera sido nada al lado de lo que Creix hubiera hecho conmigo.
Todos
fueron detenidos, mis amigas Esperanza, Roser, Sabater, los jóvenes libertarios
y otros amigos que no tenían nada que ver con esos asuntos, Creix se enteró de
que habíamos pensado apoderarnos de un avión y de que pensábamos preparar un
atentado contra su persona, de ahí el interés que siempre mostró por agarrarme,
también supieron lo de las maletas con explosivos que estuvieron buscando hasta
en Alicante en casa de mi amiga Mary Dory. Algún tiempo después unos amigos del
grupo de abonados al Lyceo vinieron a verme a Paris y me dijeron que la policía
les interrogo pero pudieron demostrar que nuestras relaciones eran puramente
artísticas.
Jorge
estuvo entre las garras de Creix mucho tiempo, creo que se habló de 23 días,
sufrió toda clase de torturas, entre ellas las sicológicas, me contó cuando le
vi que mientras le interrogaban oía gritar a una mujer en una habitación, Creix
le dijo que era yo, que me habían detenido y que si no hablaba me torturarían
aun mas y que acabarían violándome, me dijo que no le creyó y que se enfrentó
al torturador diciéndole que no me cojerían nunca, no se porque estaba tan
seguro, debía confiar mucho en mi, el caso es que por fin el jefecillo ordenó a
la poli que dejara de gritar porque no servia de nada.
Aun
estaban torturando a Jorge cuando llegaron al comisariado las dos jóvenes
libertarias que Alberola había mandado a tomar contacto con los del grupo a la
dirección de uno de los jóvenes detenidos a pesar de que yo le había advertido
de lo que pasaba, la policía estaba en la casa esperando por si venia alguien y
así fue, las llevaron al interrogatorio para carearlas con mi amigo, era una
francesa y otra de origen español, como no sabían lo que debían hacer dijeron
que ellas no eran libertarias sino comunistas, al oírlas Jorge les grito que
dijeran la verdad ya que lo sabían todo y que podían empezar a pegarle otra
vez. La joven francesa nos contó que Creix le propuso invitarla a cenar una vez
que acabara el interrogatorio, quería ligar, seguramente, las que mandaron a
Madrid también fueron detenidas, llevaban los mensajes en un tubo de pasta de
dientes, no es buen sitio, la policía conoce todos los escondites.
Estando reunidos los detenidos llegó Creix muy
contento diciendo a sus acólitos que no se preocuparan que Milagros Castells
estaba detenida y pronto lo sabrían todo. Mi foto ya figuraba en la frontera y
por allí pasó Irene, la hermana de Manolo que volvía de Paris donde había ido a
visitar a su hermano, tenemos el mismo apellido y un aire de familia, así que
creyeron que era yo, cuando llegó la detenida y
vieron que se trataba de Irene y no de Milagros les dio un ataque de
rabia, le soltaron un par de bofetadas y la pusieron en la calle, menos mal.
El
mejicano y su grupo me invitaron a otra reunión en la que estaba la joven que
enviaron a Barcelona y que por tener la nacionalidad francesas se libró de las
garras de Creix. Ella nos contó lo que pasaba y como habían detenido a todo el
grupo, como yo les había dicho, ahora no podíamos más que esperar con aprensión
el juicio de los libertarios.
Por
aquellas fechas ya trabajaba en la OFPRA, en la sección española que estaba
dirigida por anarquistas, también trabajaba allí algún republicano pero eran
una minoría, ya contare mis aventuras en el archivo que es donde me ubicaron,
debía hacer las fichas de todos los refugiados españoles exterminados en
Mathausen. Fue allí donde recibimos la terrible noticia de que Jorge había sido
condenado a muerte, inmediatamente empezamos a movilizar a todos los que
pudimos, se hicieron manifestaciones a nivel mundial, ¡Salvemos al valiente
antifranquista! Se gritaba por todas las calles de Europa. Se recogieron
firmas, pero fueron muchos los intelectuales franceses que se negaron a firmar,
Sastre no quiso saber nada del asunto, muchos de estos intelectuales eran pro
comunistas, el PCF les aseguraba cierta notoriedad y en Francia había aparecido
en la “Humanité” el periódico comunista un articulo en que se nos tachaba de
provocadores fascistas y se recomendaba denunciarnos, lo mismo que los del PSUC
me dijeron en Barcelona y lo mismo que sirvió para asesinar a Nin y a los del
POUM durante la guerra española.
La
movilización fue grande, hasta el cardenal de Milán Montini, que luego seria
papa, pidió gracia para el joven estudiante, recuerdo que estando con las
jóvenes libertarias que trabajaban conmigo en la oficina comentamos esta
noticia, una de ellas grito airada que ella prefería que mataran a Jorge antes
que el cardenal pidiera su gracia, sin poder contenerme le solté una bofetada,
es fácil decir esas cosas cuando no se conoce a la persona a la que van a
asesinar, si hay alguna posibilidad hay que dirigirse aunque sea al diablo, en
este caso a la iglesia, que es lo mismo.
Yo viví
aquellos días con una gran angustia, a cada momento temía recibir la noticia de
que Jorge había sido ejecutado. Nos pateábamos todo Paris para pedir apoyo a
nuestras protestas, la angustia no me dejaba un minuto, una mañana pase por
delante de una iglesia, no se cual, en Paris hay cantidad, me paré a mirarla y
por un momento pensé entrar para pedir que no mataran a mi amigo, no pude, me
di cuenta de que no creía en nada, de que era completamente atea y que toda mi
formación católica había desaparecido afortunadamente, no es lo mismo dirigirse
a un gerifalte de la Iglesia de carne y hueso que a un ser imaginario creado
por los intereses de sus seguidores, los que querían acabar con la vida del
luchador antifranquista estaban allí gracias al apoyo que siempre les prestó la
Iglesia.
A Jorge
no le mataron, después se supo que no le habían condenado a muerte, que fue un
error de una agencia de noticias el decirlo, pero lo que si es cierto es que el
Capitán General de Catalunya se indignó y dijo que la sentencia de 30 años
debía cambiarse por la muerte, creo que la movilización internacional consiguió
que sus deseos no se cumplieran. Yo decidí que si conseguía la ejecución de mi
amigo iría a Barcelona y le pegaría dos tiros, le conocía y era un tipo bajito
y con cara de mala leche, creo que hubiera intentado hacer lo que digo, que lo
consiguiera era otro cantar, pero en mi indignación todo me parecía posible.
La
condena a muerte de Conill también indigno a otras personas que decidieron
hacer lo que pudieran para salvarlo, se trataba de los libertarios italianos
que venían a Barcelona para contactar y traernos los explosivos cuando se
terciaba, habían prometido que si nos detenían y condenaban harían todo lo
posible por salvarnos. Así lo hicieron, raptaron al vice-cónsul de Milan, el cónsul
estaba ausente, pidieron que soltaran al condenado a cambio de su libertad, el
asunto hizo mucha impresión y no se la incidencia que tendría en que a Jorge no
se le ejecutara, la policía italiana los busco con ahínco, era difícil
localizarlos ya que se trataba de estudiantes jóvenes y no estaban fichados,
como nosotros, por fin ellos mismos decidieron soltar al raptado al confirmarse
que Jorge no seria ejecutado, a continuación publico un resumen de este asunto.
Un día
volvieron a contactarme los libertarios por medio de Delgado que era mi enlace
con ellos, los jóvenes italianos iban a ser juzgados y me pedían que yo me
presentara en el juicio para contar nuestro agradecimiento por su acción
desinteresada, el fondo del asunto es que todos creían que yo era la compañera
sentimental de Jorge y querían presentarme como tal, me negué, yo aun militaba
en el Felipe y además ni siquiera tenia aun el refugio político, en cualquier
frontera podían detenerme y mandarme a España aunque me ofrecían pasaporte falso, pero era un riesgo y la
verdad es que no me fiaba mucho de los anarquistas, todos sabíamos que los
infiltrados eran numerosos y estaban al corriente de todo, como se demostró mas
tarde con la dramática muerte de Granados y Delgado, también les señalé que mi
familia estaba en España y que todo esto podría perjudicarles.
En el juicio se presento una carta escrita por
mi diciendo mi agradecimiento a los jóvenes idealistas, me contaron que se
hicieron canciones sobre un amor entre Jorge y yo que nunca existió. Se les
condenó a penas no muy grandes, supieron ganarse la simpatía internacional. Yo
seguí trabajando en la OFPRA, militando como podía y continuando mi movidita
vida familiar, ya lo veremos mas adelante.
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