miércoles, 7 de enero de 2009

CASTELLON, NACIMIENTO Y ENFERMEDAD


CASTELLÓN, NACIMIENTO DE MI HERMANO, ENFERMEDAD DE MI MADRE
Cuando llegamos a Castellón mi madre estaba embarazada y no tardo en dar a luz, la noche del nacimiento de mi hermano me enviaron a dormir con las criadas a la casa del servicio, siempre el miedo de que espantara a la cigüeña, supongo, al día siguiente pude conocer a Juan Manuel un bebe que nació con mala suerte, mi madre ya debía estar débil y el embarazo y el hecho de amamantar a su retoño acabaron con su salud, cayo tuberculosa, la terrible enfermedad que decimó a familias enteras y que tanto castigo a la mía.
Como era normal preparamos el bautizo de mi hermano, después de la ceremonia religiosa se preparo un banquete en el gran salón, con las cristalera abiertas que daba paso a la escalera monumental se preparo una gran mesa cubierta de manteles bordados y decorada con flores, me acuerdo que los helados se hicieron en casa a mano, no teníamos nevera, los fabricamos con una vasija que había que dar vueltas a mano continuamente entre el hielo picado que comprábamos en barras y que luego rompíamos a golpe limpio, era muy pesado pero los helados quedaban buenísimos, la vida moderna acabo con esta técnica tan divertida, hace unos años en la fiesta de Lutte Ouvriere en Paris encontré un stand donde algunos camaradas de América del Sur preparaban así sus helados y estaban buenísimos.
Volvamos a nuestra fiesta, fue un verdadero fiasco, mi padre había invitado a todos sus compañeros de la Delegación de Hacienda, así como a los socios del casino y del club de tenis, sitios que los burgueses debían frecuentar en aquella época, pues bien, nadie vino, durante horas mis padres esperaron la llegada de los invitados en el gran salón con la mesa puesta, allí estuvieron hasta la noche sin que nadie apareciera por nuestro jardín.
Mi padre nunca olvidó esta afrenta y saco las conclusiones que se imponían, el hecho de ser un antiguo soldado de la República y estar casado con la hija de Don Juan Tejon no le seria nunca perdonado por la sociedad fascista.
No se que relaciones había entre mis padres, no muy buenas debían ser, una noche que habían salido juntos a una fiesta en el club de tenis les oí gritar a su regreso, mama lloraba y mi padre le gritaba, después seguramente borracho, saco una pistola e intento matarla, mama debió salir corriendo hacia la planta baja.
Esto que cuento no me asusto, mas bien me sorprendió, algunos años después, tenia ya 13 años, me entere de que los hermanos Castells tenían la manía de matar a sus esposas, el mayor, Paco, el militar, perseguía a la suya con un gran sable, Guillermo intento estrangular a Aurea durante una sonada reunión familiar después de la muerte de Franco, Fernando el último intentaba con frecuencia tirar a su mujer por la ventana, no lo consiguió, debido a que sus hijos se interponían y que además era mas bajito que Josefina.
Desde el nacimiento de mi hermano mi padre dejo de lado a su mujer, hacia vida de soltero, salía solo al tenis o donde fuera, mama no estaba bien, cada vez mas minada por la tisis. Recuerdo que un año fuimos de veraneo a un balneario en Lucena del Cid, en el hotel nos trataban como apestados, mi madre no salía de su habitación y todo el mundo conocía su enfermedad y el historial republicano de la familia. Yo me lo pase muy bien, riscaba por montañas y me miraba en ríos y fuentes, también aprendí a chupar juncos, que son muy buenos, sola por las montañas me sentía libre y la naturaleza era mi compañera de juegos.
Después del verano la salud de mi madre empeoró, no salía de su cama, yo iba a verla y a llevarla ramilletes de flores, le gustaban mucho las margaritas y las violetas, a mi también. Mi padre no se ocupaba para nada de ella, a penas le veíamos y no le echábamos de menos, en cuanto oíamos su coche llegar empezábamos a esperar que se fuera pronto, y no solo era yo la que anhelaba su partido, era el deseo de toda su familia.
El único que se ocupaba de mi madre era un médico que venia casi todos los días a verla, era joven y si bien no podía hacer gran cosa por ella por lo menos la distraía con su conversación y la consolaba con su interés, yo pensé que debía estar enamorado de ella. Mi padre le dijo que dejara de venir por allí, que no podía hacer nada por la enferma y que el no le iba a pagar un duro por sus visitas, siguió viniendo como amigo pero se dio cuenta de que mi padre lo que deseaba era que mi madre se muriera de una vez, y sin testigos. El buen doctor se puso en contacto con los jefes de mi padre en hacienda y les contó lo que pasaba, aquella mujer se moría privada de todo. Los superiores de mi padre, no de Castellón, sino de Madrid, que seguramente habían conocido a mi abuelo, le convocaron y le ordenaron que ingresara a mi madre en un sanatorio donde pudieran ocuparse de ella, para evitar que no lo pagase le indicaron que el coste le seria retirado de su paga, supongo que el señor Castells estaría furioso, y que nunca le perdonó a mi madre que no se hubiera muerto de una vez, durante los años siguientes no dejo nunca de perseguirla con todos los medios a su alcance.
Mama ingreso en el sanatorio de la Fuenfría, en Cercedilla, en la sierra de Madrid que era reconocida como el lugar que mas convenía a los enfermos de tuberculosis, mi padre nunca fue a verla, la mando allí y punto.
Mama salio de Castellón para no volver mas, dejo a sus hijos a los que nunca mas encontraría, mi padre se arreglo para separarnos de ella, como ya iré contando, ella durante toda su vida persiguió el sueño de poder estar con sus hijos varones, no lo consiguió, ya mayores y casados los dos Quique y Juan Manuel la echaron de sus casas, sus esposas que lo tenían todo y todo lo envidiaron en ella, mi madre no pudo nunca encontrar el cariño y el amparo que sus hijos debían darle, los dos tenían dinero suficiente, pero nunca ayudaron a su madre que murió ganando su vida con la aguja en la mano, yo tuve la suerte de poder acompañarla durante largos años de mi vida, todo esto lo iré contando, su historia es terrible.

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