domingo, 30 de noviembre de 2008

POLIOMELITIS

POLIOMELITIS, MI HERMANO JUAN MANUEL ENFERMO
Mi madre y sus hijos

El verano acabo apenas empezado, una mañana mi hermano Juan Manuel no se pudo levantar de la cama, no podía tenerse derecho, el veredicto del médico fue fulminante, había cogido la polio. En el año 50 se declaro una epidemia en Madrid de esta enfermedad que ya existía pero de manera muy reducida, así que  aquel brote que hizo miles de victimas la gente lo atribuyó a la presencia de los Norteamericanos que habían reconocido el régimen fascista de Franco para instalar sus bases a lo ancho y a lo largo del país, la principal está en Torrejón de Ardoz, territorio que ya no nos pertenecía, enclave imperialista en España y que se encuentra cerca de Madrid. Los norteamericanos vinieron de forma masiva, Madrid, sus juergas, sus tapas, flamenco y pandereta y sobre todo las corridas de toros que respondían seguramente a la crueldad que les caracterizaba les encantaban igual que les gustaba ver matar indios, de hecho en su país esta la polio estaba muy extendida y la llevaban con ellos a los países donde se instalaban, habían poblaciones con escasas defensas al no conocerla, eso es lo que paso en España

Tuvimos que llevar a Madrid a mi hermano, recuerdo nuestro calvario buscando un hospital o clínica donde pudieran cuidarlo, no encontrábamos, mi madre y yo íbamos con un taxi recorriendo Madrid, en los hospitales los niños estaban acostados por los suelos, no había camas ni nadie que pudiera ocuparse de ellos, visitamos todo lo visitable, en algunas clínicas privadas temían el contagio y no nos dejaban ni entrar. En nuestras peregrinaciones llegamos a un piso donde un medico tenia algunas habitaciones donde acomodaba a sus paciente, era un apartamento antiguo y tétrico , el galeno hombre mayor barbudo era afable aunque extravagante, nos dijo que podíamos dejar allí el pequeño, que se encargaría de él, para que viéramos lo bien que iba a estar nos enseño una de sus habitaciones convertida en pajarera, los pajaritos de todos los colores voleteaban libres entre muebles y plantas, era un espectáculo extraordinario, bonito, pero mama y yo juzgamos que no era lo mas apropiado para mi hermano.

Seguimos nuestro calvario con mi hermano que había perdido el conocimiento y el uso de sus piernas, acostado sobre nuestras rodillas le llevábamos buscando su salvación, cuando veo alguna pieta pienso a mi madre y a mi abrazadas a aquel niño que temíamos que se nos fuera. 

Por fin llegamos a la clínica de Los Camilos, allí aceptaron a mi hermano y lo dejamos con confianza, el equipo médico era bueno, desgraciadamente yo lo conocí no mucho después y esa clínica fue cuadro de días muy amargos de mi vida. Juan Manuel salio del peligro, se nos dijo que afortunadamente se le cogió a tiempo porque la enfermedad empezaba a paralizar su cerebro, le dieron el alta pero una de sus piernas no respondía, estaba casi paralizada.

Nos instalamos en Pacífico y allí lo trato el medico de cabecera, muy interesado por el caso venia a vernos todos los días, nos contó que tenia un hermano paralítico debido a la polio y que eso le había llevado a investigar algo para curarla. Nos explicó su método, consistía en despertar las defensas del paciente inyectándole sangre, sangre de los que habían estado en contacto con él y no habían enfermado. Mama, Fina, yo y creo que incluso Quique su hermano mayor íbamos cada día a la consulta que estaba enfrente de casa, allí nos sacaba sangre, como un vampiro, no era peligroso no se trataba de una trasfusión, inmediatamente se la ponía en inyección a Juan Manuel, el tratamiento pareció dar resultado, también mi madre le daba masajes en la pierna todos los días, nos dijo el doctor que deberíamos hacerle trabajar la pierna en el agua, no teníamos bañera así que mama buscó otro apartamento en Madrid y  encallamos en Lista 59,donde mi destino se cubrió de negros nubarrones, cuando me acuerdo de nuestra estancia en aquel ático se me ocurre que fue allí donde se determino lo que seria mi vida futura, allí empezaron los acontecimientos que acabaron llevándome años después al exilio, mi vocación de revolucionaria allí empezó.

El caso es que mi madre metía a su hijo cada día en la bañera y pasaba mas de una hora haciéndole mover la pierna, así recuperó el músculo, hoy día se le nota algún gesto de la pierna, pero hay que saberlo para notarlo, toda su vida ha hecho deporte, juega al tenis y al golf sin ninguna problema, creo que todos contribuimos a que no quedara cojo, sobre todo su madre, es algo que Juan Manuel nunca ha valorizado ni agradecido y su madre siempre recibió de él mas desprecios que alegrías, pero se curó y esa es la mayor alegría que todos tuvimos.

sábado, 29 de noviembre de 2008

LOS AMORES DE MI MADRE



LOS AMORES DE MI MADRE

Antes de empezar a contar mis años, muy breves, en la calle de Lista debo hablar de los amores de mi madre que tanto influyeron en el curso de mi vida.
Milagros estaba en el sanatorio de la Fuenfría, ya conte como llegó allí, estaba sola y nadie se ocupaba mucho de ella, sus hijos estaban lejos y su marido se dedicaba a abusar de su hermana, cosa que no tardo en saber. Yo la escribía como podía, por entonces no tenia una vena literaria y mi paso por colegios fue breve, leía todo lo que podía pero escribiendo tenia una letra fatal, lo se porque mi madre conservó toda su vida las cuatro cartas que le enviaba, en aquel entonces lo que me gustaba era hacer el loco por el jardín.

Mama vivó allí rodeada de sombras, todos los pacientes sabían que iban a morir, la tisis no perdonaba, había mujeres casadas que esperaban en vano que sus maridos subieran a la sierra a verlas, no lo hacían, el miedo al contagio era mas fuerte que el lazo conyugal, había jovencitas de ricas familias que esperaban curarse contando a todos los novios que las esperaban, los hombres de todas edades tampoco recibían muchas visitas y se consolaban como podían haciendo la corte a otras enfermas, los amores eran fugaces y el desenlace siempre el mismo, cuando algún enfermo no bajaba al comedor todos sabían que lo mas seguro es que nunca mas lo hiciera, vomito de sangre, fiebre y cama hasta el final. Cuando leí “La montaña mágica de Thomas Mann” encontré todo el ambiente que mi madre nos retrataba, nadie de los que allí estaba pensaba salir y el mundo exterior se iba difuminando hasta que desaparecía para los prisioneros de la Montaña.

En esa montaña trágica mi madre encontró el amor de su vida. Los enfermos se reunían para hablar, tomar café contarse sus cuitas y a veces se escapaban a Segovia para comer lechón asado, entre los enfermos estaba Ángel, los ojos tristes de mi madre le enamoraron cuando la veía llorar leyendo las cartas de sus hijos, así empezó su idilio, los dos se daban cuenta de que no tenían mucho futuro, la enfermedad era mortal, claro que había que contar con los deseos de vivir de mi madre, el impulso vital que la guió siempre la hizo luchar por su vida y por su amor.

Ángel estaba también enfermo, era ingeniero de Caminos, Canales y Puertos, así se llamaba la carrera entonces, poco después de terminar sus estudios dirigió la construcción de uno de los muchos pantanos que Franco inauguraba, el dictador llego rodeado de sus ministros, guardia mora y diversos políticos fachas de la región, todos se peleaban por ir inclinarse ante el asesino mendigando una palabra de su sucia boca, viendo el tirano que el único que no se le acercaba era un tipo trajeado modestamente, pregunto de quien se trataba y que hacia allí, es el ingeniero que ha construido el pantano le contestaron. Supongo que a Franco le sentaría mal que el único que debía haberle saludado con entusiasmo poniendo su obra a sus pies no se molestara en batirse por una de sus miradas, aunque le sentara mal no podía meterse con él, Ángel se llamaba Sáenz de Heredia y era primo hermano del ínclito fundador de la Falange José Antonio Primo de Rivera y Sáenz de Heredia. Poco después de esta anécdota, cayó enfermo y fue trasladado al sanatorio donde se encontró con mi madre.



Se encontraron en el sanatorio y allí se amaron, mi madre no estaba dispuesta a que la enfermedad pudiera mas que ella, debía luchar y luchó, la única posibilidad de cura era la operación, la toraco plastia, pocos se atrevían a intentarla y  no muchos sobrevivían, consistía en abrir la espalda, cortar casi todas las costillas que protegían el pulmón enfermo y colapsar los tres cuartos del pulmón infectado, después había que desear que la infección no se hubiera extendido por el otro pulmón, de los que se sometieron a aquella carnicería y que sobrevivieron todos acabaron desapareciendo, también Ángel que el deseo de vivir con su Milagros le llevó a intentar su suerte, mi madre vivió largos años, trabajó, viajó, hizo frente a todas las tragedias de su vida sin costillas y con un pulmón, ni siquiera su silueta se modificó, andaba mas derecha que un huso, hasta el final de su vida.

Mi padre y mi madre se separaron, hicieron una separación de cuerpos y bienes, no existía el divorcio, prohibido por la Iglesia, lo que le interesaba a mi padre sobre todo era que mi madre no pudiera reclamarle un céntimo de los bienes gananciales, mama renunció a todo, los dos pidieron la anulación de su matrimonio al tribunal de la Rota, lo que dios había unido solo lo podía desunir la Iglesia a fuerza de dinero, y mis padres no tenían bastante para pagar a la insaciable secta, volvieron a decir que mi padre se casó obligado por el miedo, fue un matrimonio de guerra, algunos se anularon, cuando la gente podía pagar, ellos no pudieron.

Al no poder anular el matrimonio tuvieron que vivir siempre de amores clandestinos, nunca pudieron vivir juntos, aun así la venganza de una sociedad fascista que no toleraba que una mujer pudiera ser libre cayó sobre ellos, mi padre, la familia de mi madre todos se unieron para quitar a Milagros la posibilidad de ser dichosa. A ella intentaron llevarla a la cárcel, a mí y a mis hermanos nos separaron de nuestra madre para siempre, el dolor de unos y otros nada importaba, las mujeres debían ser sumisas a las leyes de la Iglesia y del fascismo.

Creo que durante algunos años fueron felices, al fin y al cabo solo la muerte de Ángel pudo separarlos, creo que él por mi sentía un gran cariño, y quiero decir aquí que siempre le considere como el hombre mejor que he conocido, mi madre tuvo suerte de ser su amante a pesar de lo que le costó, lo que nos costó a todos, si hubiese un espacio tiempo en el que las personas que se amaron puedan encontrarse espero que estén allí los dos juntos y felices por la eternidad.

 


viernes, 28 de noviembre de 2008

LISTA 59



LISTA 59

En la calle de Lista mama alquiló un ático, tenia una terraza que nunca utilizamos pero que en invierno se llenaba de nieve y convertía el apartamento en una nevera, creo recordar que era un cuarto piso sin ascensor, entonces era raro que los hubiera, recuerdo que mi hermano Juan Manuel la primera vez que subió a uno en el hotel de Alicante, dijo muy serio, “yo no me peso” le metimos dentro y desde entonces ha odiado los ascensores que le dan un miedo cerval.

No se como mi madre con el pulmón que le quedaba podía subir aquella escalera, pero era capaz de todo, en la pieza principal instaló su taller, tenia ya mucha clientela y media docena de modistillas que cosían y cantaban todo el día.

Desde el balcón y de la terraza teníamos una vista inmejorable, la casa hacia chaflán y podíamos ver los patios de lo que entonces era el colegio de los Maristas, pero que antes fue la siniestra prisión de Porlier donde se encerraban a los condenados a muerte de la gloriosa dictadura que padecíamos, en mi exilio conocí a uno de los que esperaban allí el ser llamados cada madrugada, estuvo con los camaradas condenados con las 13 rosas rojas, a ellos se les llamó los claveles, todos murieron fusilados por haber intentado rehacer una célula de las juventudes comunistas, salieron todos cantando la internacional, los que quedaron atrás lloraban, la emoción de aquel recuerdo hacia saltar las lagrimas de los ojos de mi amigo.

Mi hermano Juan Manuel estaba con nosotros, mama le daba masajes en la pierna, yo también, no tardó en reponerse casi del todo, aunque él siempre se quejó de que la pierna le molestaba, no se daba cuanta de su suerte, muchos de los  que no murieron de aquella terrible epidemia quedaron paralíticos.

Juan Manuel volvió con Quique a Alicante con su  padre, yo quede con mama como estaba convenido, a nadie se le ocurrió la idea de que debía estudiar, ir a una escuela o colegio, yo procuraba que no se les ocurriera, ya me veía otra vez en cualquier colegio de monjas, no molestaba mucho, siempre estaba con un libro entre manos y agarrada al brasero de la mesa camilla, en Madrid en invierno hace un frío tremendo, nunca he tiritado tanto ni siquiera en los inviernos parisinos que me toco vivir durante casi 30 años.

Mama siguió viviendo sus amores como podía, la familia de Ángel la había acogido con todo cariño y decidió que iba siendo hora de yo les conociese, una noche me dijo que nos invitaban a cenar, vivían cerca de casa, enfrente del Retiro, la casa era muy grande y destartalada, eran una familia numerosa, llamamos, Inés la madre de Ángel salió a recibirnos con todos los hermanos de su hijo, algunos primos y una niña de mi edad, yo me quedé horrorizada, no podía hablar, mama me miraba inquieta y achacaba mi actitud al hecho de mi timidez, pero no era eso, lo que pasaba es que en cada habitación, incluido el recibidor, había grandes cuadros de José Antonio, eran los mismos que se veían en todos los edificios oficiales, era obligatorio colgarlos, toda la casa estaba decorada con esos esperpentos, yo no pude probar bocado delante del rostro del “mártir” que parecía mirarme con guasa, no quieres caldo, pues taza y media.

Por fin terminó la cena y volvimos mama y yo  andando hacia casa, nada mas salir del portal empecé a gritar a mi madre, casi con un ataque de nervios, preguntándole porque me había llevado allí y que hacia ella en casa de una familia de fascistas.

Como ya he dicho desconocía el parentesco del novio de mi madre con José Antonio, mama me explicó que eran primos, la madre de Ángel estuvo casada con el hermano de la madre del fundador de la falange, así que Ángel era hermano de los Sáenz de Heredia, entre ellos el cineasta que hacia películas a la gloria de Franco  y ensalzaba la mala raza española, entre unos y otros había una gran diferencia de edad, Inés conoció muy joven al padre de sus hijos y cuando pudieron casarse al quedar este viudo ya tenia un montón de hijos nacidos fuera del matrimonio, pero que se convirtieron en legales con el casorio,  el hombre estaba arruinado, la familia de su primera mujer nunca quiso tener tratos con aquellos Sáenz de Heredia.

La historia del exceso de cuadres de aquella casa se debía a que un pariente pobre, no se si un hermano de Inés, era pintor y le dieron la exclusiva de los cuadros que distribuía por toda la geografía española, para ganarse los garbanzos del cocido.

A1quella explicación calmó mis nervios, después también Ángel me contó la historia y me dijo que su único trato con su primo fue cuando en vida de su padre le llevaban a casa de sus primos a jugar, decía que el futuro fundador del partido fascista era antipático y mandón, puede que fuese verdad o tal vez lo dijera para contentarme, en todo caso el esfuerzo de aplacar mi ira me alegró. Todo estuvo apunto de irse a pique cuando le vi un día llegar a casa con Mein Kampf, el panfleto de Hitler, bajo el brazo, para calmarme me dijo que lo había encontrado en una librería de viejo y que era mejor conocer lo que decían nuestros enemigos, no hablamos mas del asunto pero aquello me hizo muy mala impresión.

Llegue a ser muy amiga de Maite, la niña de mi edad, sobrina de Inés íbamos al cine y paseábamos por Madrid, los domingos comíamos juntos en casa de Ángel toda la familia, sus hermanos, tenia dos, con uno de ellos Ricardo tuvimos siempre relación, ya iré hablando de él, a pesar de que no pude verlos durante años nunca los he olvidado, ya iré contando algunas historias de esa familia tan típica madrileña, lo cierto es que nunca les oí hablar de política, no pude tacarles de fascistas, quizás no lo eran, Maite y yo fuimos buenas amigas, siempre tuve noticias suyas gracias a mi madre, vino a verme alguna vez a Paris, era azafata y me contó que hacia la línea de Cuba se rió de los cubanos contándome que no comían carne, pero que los dirigentes que subían al avión lo primero que pedían era un filete, ella según me dijo burlona les contestaba que fueran a pedírselo a Fidel, no quise discutir con ella pero no quise volver a verla mas.


jueves, 27 de noviembre de 2008

EN LA CALLE DE LISTA



EN LA CALLE DE LISTA

Como ya he contado nos instalamos en Lista 59, durante el tiempo que allí pase sucedieron ciertos acontecimientos que marcaron el rumbo de mi vida y por eso intentare contar con detalle las vivencias que allí tuve. Voy a hablar un poco de mi familia, mas bien de la familia de mi madre ya que yo nunca consideré que tuviese algo que ver con ellos, ni me interesaban ni yo les interesaba, estaban  por allí y es todo.

Mi abuela Milagros y Toya vivían con dificultades financieras y además como rojas la familia del marques, los Sanz, las rechazaron siempre, Maria, tía Maria como decía mi madre, ya que era hermana de la suya, se presentaba como alguien importante, daba consejos a su hermana a la que ayudaba solo con palabras, eso no quita que íbamos de vez en cuando a verla, mi madre y mi abuela se encerraban con ella en un salón para hablar, a mi me relegaban en una salita donde para distraerme ponían a mi alcance los números encuadernados de la revista Blanco y Negro, debía ser un compendio de finales de los años 1800, a me  seducían los dibujos con el grafismo de la época y leía los artículos que me parecían bastante pesados, la prosopopeya de los escritores carcas de entonces era insoportable, pero allí encontré mi vocación, pude leer un artículo sobre las mujeres de la Comuna de Paris, las petroleuses, las dibujaban con caras airadas, pechos al aire y con teas encendidas en las manos para quemar los antros de la burguesía, tales como las Tullerias, aquellas mujeres luchadoras, capaces de incendiar el mundo me sedujeron, encontré viéndolas lo que yo querría ser, así. valientes sin importarles la represión y la muerte, han pasado casi 70 años y sigo viéndolas y pensando lo mismo.
Para acabar con esa familia diré que había dos hijas Maria y Pilar, primas de mi madre y que contribuyeron a la desgracia que se abatió sobre ella, ojala nunca hubieran existido.

También en esa “noble “familia había mas primas mas o menos lejanas y siendo pobres se relacionaban mas con nosotros, entre los primos y primas de mi madre hablare de una de ellas Coti, de jovencita se la invitaba a la finca del marques en Villaviciosa, pero al ser parienta pobre se la repudio enseguida, además era guapísima y hacia sombra a las hijas de tía Maria locas por encontrar novio, los chicos no tenían ojos mas que para la mas bella.

Coti se caso, tuvo hijos, varias veces tuve ocasión de ir a su casa, su marido decoraba porcelana y a mí me parecía mágica la suavidad de las miniaturas que pintaba, debo ahora decir algo de lo que me entere, una historia que afecto a toda la familia, yo también tuve que sufrir de ella, entre los hijos que tuvo Coti nació una niña, tenia una malformación cardiaca, los médicos pronosticaron que viviría pero solo hasta los 18 años, el tormento de la madre al ver crecer a su hija sabiendo que estaba condenada fue indecible, según supe la joven era tan bella como fue su madre, tuvo un novio, estaba muy enamorada, la madre hablo con el muchacho, le contó que su hija moriría y le pidió que no la dejara, así paso, la novia murió a los 18 años de un fallo cardiaco dejando a toda la familia sumida en el dolor, supongo que al novio también, yo no supe mas de ellos, pero muchos años después comentaba con mi tío Pepe, hermano de mi madre del que pronto hablare, lo guapa que era Coti, el se rió y me enseño una foto reciente de ella, debía ser muy mayor pero quede sobrecogida al ver  la vieja derrotada en que se había convertido, no te lo esperabas, verdad, me dijo mi tío burlón, nunca pude perdonarle que acabara con el recuerdo de una mujer hermosa y desgraciada que yo había retenido en mi memoria. Si he contado esta historia es porque tanto yo como mi hermano y uno de mis tíos y mi tía Toya tuvimos hijos con la misma malformación, la maldición del Marques

Otra parte de la familia de mi madre eran los Tejon, no tuve ocasión de verlos mucho, mi abuela insistía en tener relación con ellos eran la familia de su ausente marido, pero eran todos adeptos al franquismo y poca gracia les hacia tener que recibirnos.
Entre ellos recuerdo a un tal Caveda, casado con una hermana de mi abuelo, el primer día que me llevaron a su casa, no se porque, me hizo una impresión fatal, tras sus aires paternalistas y bonachones  veía la falta de interés que tenia por recibirnos, yo como de costumbre no dije una palabra, me limite a mirar a mi alrededor, cuando salimos le dije a mi madre y a mi abuela que aquel señor que al parecer era un gran burgués tenia un gusto fatal, nos había recibido en una habitación decorada con divanes, almohadones con motivos moriscos, mesitas bajas de hojalata brillante, con sus correspondientes theteras doradas y otras decoraciones dignas de un bazar marroquí, les comente que era un signo de desprecio el recibirnos en tal decorado, estaba segura de que el buen señor tenia salones con muebles de sándalo, ébano y otras maravillas dignas de la grandeza de la que hacia gala, me contaron para tranquilizarme que no era así, el Caveda procedía de Marruecos, de ahí la decoración, estaba arruinado y hacia todo lo posible por casar a sus tres hijos con gente pudiente que sacaran a flote a su familia.

Tenia dos hijas, una muy fea y otra, la mas pequeña, muy guapa, se parecía muchísimo a mi tía Toya, las niñas solían contarnos las fiestas que su padre organizaba, para encontrarlas novio, seguro, fiestas que nos restregaban por las narices pero a las que no nos invitaban, las dos se casaron, supongo que bien.

El hijo, Antonio, también se caso, un buen bragetazo, como se comento en la familia, en el año 49 hecho el guante a la marquesa de la Puebla, huérfana, con titulo y fortuna, el inconveniente es que era muy fea, yo la vi de lejos en Alicante en una reunión hípica y puedo confirmarlo.

 El chico era jovencito y tenia mucha labia así que la conquisto y vio su fortuna hecha, años después supe que la rica marquesa acabo harta de su esposo y se divorció, el caso fue comentado ya que para separarse contó con la ayuda de feministas, en aquella época no era nada fácil dar la patada al marido. Nunca más tuve noticias de esta gente y ni falta que me hace.


miércoles, 26 de noviembre de 2008

VECINOS DE LISTA

mi madre con Isabel y Adolfo


VECINOS, HISTORIAS

En la calle de lista vivíamos en el ultimo piso, debajo vivía nuestra vecina Isabel Fernández, al igual que mi madre ganaba su vida cosiendo, eso hizo que simpatizáramos y siempre estábamos unos en casa de los otros, también había otra razón para estar juntos, Isabel era una represaliada del franquismo, su marido fue David Antona, gran figura del anarquismo, militante de la CNT-FAI participó de manera activa en la lucha contra el nazicatolicismo  que asoló nuestro país y que aun continua a dar signos de vida.
David Antona fue una figura relevante de la lucha contra Franco, intervino en la batalla de Guadalajara junto a Cipriano Mera, fue gobernador civil de Ciudad Real, al triunfar el nazismo fue condenado a muerte, la pena fue conmutada por treinta años de cárcel, para cumplirlos fue encerrado en la cárcel de Porlier y esa era la razón de que Isabel fuese nuestra vecina, desde su ventana se veía el patio de la siniestra prisión, la compañera de Antona esperaba el momento en que los carceleros permitían pasear a los presos, con su hijo en brazos intentaba mandarles señales de amor de ella y del niño.

Antona salió de Porlier para morir, la tuberculosis, seguramente debida a las horribles condiciones que vivían los presos del franquismo, terminaron con él, murió allí en el piso de abajo, junto as su mujer y su hijo, cuando nos instalamos ya no estaba, partió al paraíso de los anarquistas, yo nunca olvide esta historia y recuerdo siempre como si los hubiera visto la madre y el hijo en la ventana intentando ver al luchador condenado.

El tiempo pasó, nos conocimos y el hijo de Isabel, llamado David como su padre iba y venia de Paris, nunca supe que hacia allí, supongo que pertenecía a las juventudes libertarias, siempre subía a vernos y otras veces nos reuníamos en casa de nuestra amiga para celebrar su regreso, eso fue motivo de un sainete en el que participe, Isabel tenia un pretendiente, Adolfo, de hecho vivía en su casa, pero cuando el hijo venia se marchaba, la madre temía que al hijo le pareciera mal la relación, aquella noche se decidió que ya estaba bien la cosa, Adolfo esperaba en el bar de enfrente y a mi, como mano inocente, se me encargó ir a buscarle, lo traje de la mano y lo presente a David, que estaba al corriente de todo, se abrazaron y desde entonces fueron grandes amigos.

En uno de sus viajes David nos presento a su mujer, Angelines, una joven guapísima, que poco pensaba yo entonces que nos encontraríamos en Paris y que allí conoceria parte se su historia, ya lo contare cuando llegue el momento.

Hace poco tiempo vi artículos firmados por David Antona, me puse en contacto con él en memoria de Lista 59, no se acordaba de mi, quizás algo mas de mi madre, pero el caso es que no teníamos mucha ocasión de vernos, cambiamos algunos mensajes, espero que este bien, yo nunca olvidé al joven que de niño buscaba a su padre entre las rejas.



Biografia: David Antona Domínguez

Enviado por admin (no verificado) el Sáb, 08/05/2010 - 5:52de la tarde.

El 22 de noviembre de 1904 nace en Bercimuelle (Salamanca) el militante anarquista y anarcosindicalista David Antona Domínguez. Durante la dictadura de Primo de Rivera estuvo exiliado en Francia, con su compañera María Isabel González, desde 1925, trabajó como obrero en una fábrica de Salnitraria, donde fue uno de los instigadores del movimiento huelguístico. El 23 de marzo de 1927 fue inscrito en el control de anarquistas de la Policía francesa. En 1930 participó activamente en el grupo de exiliados españoles de Burdeos «Cultura Popular», que realizaba representaciones teatrales en provecho de los presos en España.
En agosto de 1931, con la proclamación de la República, la pareja volverá a Madrid, donde hizo trabajo de albañilería y fue un destacado militante de la FAI y de la CNT. Durante la República hizo mítines - en Granada, en mayo de 1932, Navalmoral, en 1933 - y escribió un libro, Ni frente único ni alianza obrera: comunismo libertario. Anarquía (1934).
Junto con Cipriano Mera, Antonio Moreno Toledo y otros, dirigió la famosa huelga madrileña de la construcción en 1936, formando parte del Comité Directivo. Intervino en el gran mitin-asamblea de mayo de 1936 en pro de las reivindicaciones del ramo de la construcción, lo que le llevará a la cárcel.
El 18 de julio de 1936 fue liberado por sus compañeros y fue nombrado provisionalmente secretario general del Comité Nacional de la CNT, cargo que ejercerá hasta octubre, cuando cedió a Horacio Martínez Prieto. El 19 de julio lanzó un ultimátum al gobierno Giral dándole tres horas para abrir las puertas de las prisiones - la CNT tenía entonces unos 30.000 militantes encarcelados - sino quería que fuera la propia CNT que los liberara, fue así como fuerza militantes (Mera, Julio, Antonio Verardini Ferreti, Marín ...) fueron liberados. Después de haber lanzado un llamamiento a la resistencia desde Unión Radio, participó el 20 de julio en el asalto del cuartel de La Montaña, donde se había atrincherado el general fascista Fanjul.
Luchó en la Columna de Mera, con la que se apoderó de Guadalajara y de Alcalá de Henares en julio, interviniendo en otras acciones bélicas. Fue el ideólogo de la creación de la Columna «España Libre». En septiembre defendió la conveniencia de entrar en el gobierno de Largo Caballero, pero sus tesis fueron derrotadas en el Pleno Nacional del 3 de septiembre de 1936. Durante la guerra fue uno de los puntales de la CNT madrileña de la que fue secretario general tras Isabelo Romero, elegido en el Pleno del 28 de julio. Poco después viajó con Gaston Leval en Francia para adquirir armas. En noviembre de 1936, con Miguel Inestal, enviado por el Comité Regional del Centro, acudió a Bujaraloz para forzar la venida de Durruti en el Madrid asediado.
Habló en el mitin parisino del 18 de junio de 1937 en el Velódromo de Invierno organizado por el movimiento libertario francés en apoyo de la Revolución española. En diciembre de 1937 representó a la CNT, junto con Federica Montseny, Benito Pabón, José Xena Torrent, Horacio Martínez Prieto y García Oliver, en el Congreso Extraordinario de la AIT de París. En enero de 1938 participó en el Pleno Económico de Valencia. Ejerció de gobernador civil de Ciudad Libre (antigua Ciudad Real) hasta el final de la Guerra.
Al final de la contienda fue encarcelado en Albatera y condenado a muerte en marzo de 1940, pena que será conmutada por 30 años de prisión. Cayó muy enfermo de tuberculosis en la prisión de Porlier y en 1943 se encontraba encarcelado en Santa Rita. Liberado en diciembre de 1943, no se pudo recuperar de la enfermedad y murió el 15 de marzo de 1945 en Madrid. Además de organizador, fue redactor del diario CNT y destacó en oratoria - de renombre fue su gira propagandística con Magriñá y Ricardo Sanz por Castilla y León en 1936.

lunes, 24 de noviembre de 2008

EL TALLER DE MI MADRE



EL TALLER DE MI MADRE

Mi madre seguía cosiendo para ganarse la vida, la de ella y la mía, mi padre no nos daba un céntimo, las cosas le iban muy bien, tenia una clientela importante, señoras de la alta sociedad fascista y aristócratas tales como la duquesa de Bailen, su nombre me gustaba, me recordaba la famosa batalla, un día se presento una clienta, la condesa de Quintanilla, creo que ya era clienta de mi madre, iba acompañando a una amiga que no presento a mi madre y que deseaba que le hiciera un traje, mi madre le tomo las medidas con amabilidad, la desconocida empezó a ponerse nerviosa y termino diciendo a su amiga, “ mira ves al Pardo y dile a mi padre que necesito que me mande un coche para volver a casa”, mama sin darse por enterada termino sus pruebas y despidió a las dos individuas que no aparecieron mas por allí, la desconocida era Carmencito, la hija del asesino del Pardo y marcho furiosa al ver que mi madre no quiso reconocerla ni echarse a sus pies presa de emoción incontenible, como esperaba, mama se reía al acordarse de esa historia.

El taller era importante, tenia mas de 10 modistillas, ofíciala primera, ofíciala segunda y primeras y segundas manos, también había las aprendidas, las mas jovencillas, casi de mi edad y con las que hacia muy buenas migas, así se llamaban las jóvenes empleadas en talleres, todas eran alegres, cantaban, contaban historias y oíamos los folletones radiofónicos, que nos encantaban, yo participaba en el taller, como no estaba escolarizada mama me puso a coser, supongo que no sabia que hacer conmigo, nunca olvidaré a mis compañeras, me enseñaron muchas cosas, entre otras que ya iré contando, a coser, bordar, hacer punto, dobladillos, sobrehilados y forrar, son cosas que nunca se olvidan, como montar en bicicleta o hacer el amor, a mi me sirvió  esta actividad manual toda mi vida y hoy día soy capaz de coser cualquier cosa aunque no ejerzo.

Se unió al taller una amiga de la hermana de la ofíciala primera, no estuvo mucho tiempo con nosotros, un día cayo al suelo y empezó a tener convulsiones, se retorcía sin poder parar, de la boca salía espuma, sus compañeras se echaron sobre ella para impedir que se rompiera un hueso con sus movimientos incontrolados, otras le metieron pañuelos en la boca, para que no se mordiera la lengua, el ataque se fue pasando, no llamamos al medico, no había ningún tratamiento para la epilepsia, mas tarde me enteré, me contaron, que la joven era hija bastarda del rey Alfonso XIII y de una sirvienta, su padre no la reconoció pero le dejó en herencia la podrida sangre de su familia y de ahí venia su enfermedad, no volvió a trabajar y no supe mas de ella, pero lo que es verdad es que tenia toda la cara de su padre.
Yo me lo pasaba muy bien con aquellas jóvenes, al principio me miraban con desconfianza, era la hija de la maestra, como llamaban a mi madre, era su nombre en la jerarquía de la costura, enseguida vieron que era inofensiva y me trataban como una modistilla mas, muchas veces acompañaba a la aprendiza a librar, es decir a llevar los trajes a las clientas, otras veces mama nos mandaba a comprar entradas para los cines del Callao para ella y Ángel, así podía pasear por el centro de Madrid que me gustaba tanto como el monte de piedad.

Hablaban de novios, de sus esperanzas de poder casarse, de sus familiares y amigos, nunca les oí comentar que tuviesen victimas de la guerra, ni siquiera una alusión a los bombardeos de Madrid, ni a que tuviesen familiares en la cárcel o desaparecidos, la lección del silencio la teníamos muy bien aprendida. La única vez que les oí hablar de estos asuntos nunca la olvidare, porque influyo en mi manera de integrarme en partidos políticos mas adelante, estaban contando que Santiago Carrillo había dado orden de acabar con las guerrillas y que los comunistas denunciaban a los guerrilleros que no querían rendirse, seguramente ellas debían tener familiares entre los perseguidos, al ver que yo les escuchaba callaron, al fin y al cabo yo era hija de la maestra y nunca se sabe.

No olvidé aquel comentario, yo, no se como, conocía quien era Santiago Carrillo y nunca puse en duda que fuese cierto lo que mis compañeras de taller contaban, pasaron años y leguas y un día ya en Paris le pregunté a un amigo comunista si era cierto lo de las denuncias, me contó que el Partido decidió acabar con la guerrilla en España, la línea política que mas tarde les llevo al eurocomunismo y a la transición ya estaba diseñándose, mi amigo me dijo que el fue uno de los que llevó mensajes a los luchadores diciendo que debían deponer las armas y pasar a Francia, algunos no lo aceptaron y se les aisló del Partido, naturalmente negó que se les hubiese denunciado, es un asunto que nunca podrá aclarase, yo por si acaso nunca quise ser del PCE.
Entre las que cosían para mi madre me acuerdo especialmente de la oficiala primera, era ella quien dirigía el taller, distribuía el trabajo a las aprendizas y preparaba las pruebas, era una mujer muy bella, una cintura de esas que parecen que va quebrarse, su piel era blanca como una flor de azahar su pelo negro y rizado llamaba la atención, tenia novio desde hacia algunos años, no podían casarse falto de dinero para establecerse, no tardo mucho en conseguir lo que deseaba, ya contare como, yo vi enseguida que no quería a mi madre, seguramente pensaba que era mejor modista que ella y no le gustaba hacer lo que mi madre decía, su mala cara no presagiaba nada bueno, las otras modistillas no le mostraban gran simpatía, luego veremos cuanta razón tenia al desconfiar de ella.

Los lunes al reintegrarse al taller las jovenes contaban su fin de semana, muchas solían ir con sus familiares y novios a comer a la casa de campo, o a otros parques de Madrid, tartera con tortilla de patata, un poco de vino y muchos cantos y alegría, a mi el relato de sus fiestas me encantaba, años después tuve que hacer el Servicio Social, es decir trabajar gratis para la Sección femenina de Falange, también nos daban clases de adoctrinamiento, era necesario hacerlo para obtener el pasaporte y yo tenia buenas razones para querer obtenerlo, en la historia de la Gloriosa Falange que nos hacían aprender de memoria nos contaban como sublime hazaña que los falangistas iban durante la República a esperar a los jóvenes trabajadores que volvían a Madrid después de pasar el día en la montaña, les insultaban y usaban contra ellos de la dialéctica de los puños preconizada por su fundador José Antonio, un día consiguieron aislar a una joven, la arrastraron y la violaron entre todos y acabaron matándola a palos, para enseñar a esas rebeldes lo que son los verdaderos hombres, como decía Queipo de Llano, otro héroe.  Al oír esta historia pensaba en mis compañeras madrileñas, quizás parientas o compañeras de las que tuvieron que sufrir antes y después de la sublevación fascista, de la barbarie de los señoritos madrileños.

Las modistillas que podían se casaban. una de ellas lo hizo estando en el taller invitando a mi madre a la ceremonia, mama me contó lo bien que lo había pasado, en la fiesta conoció a máximos representantes de la Marca-sevino, es decir de la escuela de raterillos de Madrid, le contaron que tenían una escuela muy frecuentada donde enseñaban el oficio, tenían un maniquí, como el de mi madre en el taller con un traje lleno de campanitas, debían aprender a desnudar el muñeco sin que las campanillas sonasen, así aprendían a apoderarse de carteas o abrir bolsos sin que el paciente se enterase de nada, el timo de la estampita y otros cuentos tampoco tenían secretos para ellos. La fiesta acabo con un chotis endiablado como se bailaba en el Madrid de entonces, mama contaba riendo que para que no recibiera algún empujón, un fornido joven de la fiesta la sentó encima de un armario, al despedirse le dijeron que si alguna vez sufría algún robo les diera parte y recuperaría lo perdido, es curioso que muchos años después en Paris amigos de mi madre le hicieron la misma oferta, ya lo contaré.

También quiero recordar a una de las mas jóvenes, una aprendiza con la que me paseaba muy a menudo, era tímida y sus compañeras se burlaban un poco de ella, solía hacer todo al revés y cuando algún traje tenia  defecto se lo achacaban a ella, lo que mas me impresiono es que la llamaban el pedo acuático, a pesar de mis preguntas ninguna pudo explicarme porque y sigo sin comprenderlo, no estuvo mucho tiempo con nosotros dejó el trabajo y poco después supimos que había muerto, fue un día de duelo general, nuestro pedo acuático se nos fue, también yo perdería pronto el calor del taller de mi madre.

para continuar la historia clicar en entradas antiguas


domingo, 23 de noviembre de 2008

HISTORIAS E HISTORIETAS EN MADRID



HISTORIAS E HISTORIETAS, MI PRIMER MITIN EN EL RETIRO

En el tiempo que aun estuve en Madrid fueron pasando varias cosas de las que debo hablar, todas influenciaron mi vida, empezaré recordando a la familia de Ángel, su madre Inés era una simpática madrileña, pude seguir su vida durante años, Ángel tenia dos hermanos varones, Ricardo y el otro que era marino sir barco creo que se llamaba José Luis, su novia tenia una tienda de modas, Doza, nos contaba que las mujeres que limpiaban los hoteles de lujo de Madrid llevaban la ropa interior que las norteamericanas olvidaban, para que las vendiera, las medias de seda y de nylon, que no se encontraban fácilmente tenían mucho éxito, le propuso a mi madre que vendiera a sus clientas, mama no aceptó, a mi aquellas historias me parecían muy divertidas, dignas de la clásica picaresca, de Ricardo ya iré hablando, tuvimos relación con él durante varios años. Ines tenia también una hija, se llamaba Inés, como su madre,  la conocíamos por su diminutivo, Inesita, de muy joven siguió su vocación y entro en un convento de monjas, como era corriente en aquel tiempo cayó enferma de tuberculosis, las monjas la pusieron en la calle y le dijeron que la cuidara su madre que ellas no tenían dinero para enfermas, metieron la pata porque Inesita se curó, tenia verdaderamente fe y al verse rechazada por las monjas se fue a trabajaran con el padre Llanos, jesuita y por cierto amigo de mi tío Pepe, se ocupaban de ayudar a los que vivían en las miserables chabolas del amontonamiento de miseria que se conocía con el nombre del pozo del Tío Raimundo, este nombre ha quedado como ejemplo de los sufrimientos de tanta gente que tuvieron que dejar sus pueblos y venir a las capitales empujados por la miseria que se vivía en aquellos gloriosos tiempos del nazi-franquismo.

Voy a contar ahora la historia de Susi, creo que era sobrina de Inés y una de las jóvenes mas guapas que he conocido, la clásica belleza rubia de ojos azules, jovencita se puso a trabajar en una oficina, tenia novio formal y muy enamorado, sus amores no duraron mucho, un señor mayor y rico se encapricho con ella, era casado, pero eso no le impidió proponerla relaciones, le ofreció una casa, dinero, y empleos para toda su familia,  nada les faltaría, se discutió mucho del caso, todos dábamos nuestra opinión, Susi deseaba continuar sus amores, pero su familia la convenció del la vida de lujo y de prosperidad que el viejo señor le ofrecía, y ellos también estarían al abrigo de la dureza de la vida que en aquella época era mucha, el novio lloró, suplicó a Susi y a sus padres, y como de costumbre el dinero y la seguridad pudieron mas que los sentimientos. La verdad es que Susi y a su familia vivieron muy bien, todo el mundo se hacia lenguas de la suerte que había tenido la joven, la tenia  como una reina, con el tiempo tuvo por lo menos tres hijos de su amante, él los adoraba, con su esposa no tenia descendencia, como era del dominio público su segunda familia un día su mujer le propuso reconocer a los hijos, ya que ella no podía dárselos le dio permiso para hacerlo, así se hizo, al parecer todos vivieron juntos y felices,  el amor puede ser un estorbo del que hay que deshacerse para encontrar una vida placentera, hay que ser realista, esta historia me recordaba las novelas de Pérez Galdos, por su perfume antiguo, mas tarde conocí otra muy similar también relacionada con amigos de mi madre.

Desde que nos instalamos en Madrid teníamos una joven empleada del hogar que se ocupaba de la casa, mi madre estaba todo el día en el taller y con sus clientas, también se ocupaba de mi, yo la tenia mucho cariño, era joven y alegre, tenia novio formal y pensaban casarse pronto, como siempre el obstáculo era la falta de trabajo para el muchacho. Muchas tardes mama  mandaba a Fina a pasear al Retiro conmigo, allí se nos reunía su novio y hablábamos de los problemas que encontraban, yo no tenia mas que unos 13 años, y no se de donde me sacaba ciertas ideas que a lo mejor tenia mucha gente sin atreverse a exponerlas, a mi nunca me ha impedido nadie hablar así que una tarde sentados en un banco empecé a explicarles que vivíamos en un país donde no había futuro para los trabajadores, que siempre estaría explotado sin conseguir una buena situación para casarse, le recomendé que se marchara lejos de la dictadura, quizás a América Latina, en el calor de mis palabras debí levantar la voz y sin saber de donde surgieron dos individuos que se identificaron como policías, nos subieron a un coche y nos llevaron a la comisaría por propósitos subversivos. La verdad es que no me provocaron el menor miedo, les expliqué con calma que Fina estaba a mi servicio y que por lo tanto yo sola era la responsable y que la que hablaba era yo, su novio tampoco tenia nada que ver con el asunto, les pedí que les soltaran. Como siempre se me ocurre algo me acorde de uno de mis parientes policías, les dije que se dirigieran al señor Antonio Campos Tejon, compañero suyo y que él respondería por mi. Me escucharon en silencio sin responder a mis argumentos, nos dijeron que nos sentáramos en un banco de la comisaría y que esperásemos la inculpación, no se cuanto esperamos, Fina y su novio parecían abatidos, salio un policía malcarado que nos dijo bruscamente, anda, largaros, así que nos marchamos con mucha dignidad y deprisita.

No supe nunca si habían preguntado al primo de mi madre por mi, no tuve ocasión de preguntárselo, a veces venia por casa, parecía simpático, era viudo y se casó en segundas nupcias con una mujer llamada Perfecta, tuvieron dos hijos,  los esposos fueron los protagonistas del horrible crimen de Alcobendas, hablaré de este asunto en el próximo capitulo. El novio de Fina no olvidó nuestras discusiones, un día se marcho a Brasil, para buscar allí una buena situación, le prometió a la novia que pronto volvería, Fina lloró mucho y me culpaba de haber metido en la cabeza de su novio semejantes ideas, el novio volvió, se casaron, recuerdo a Fina con su traje blanco llorando de emoción y abrazándonos, el novio había vuelto para llevársela y partieron inmediatamente a Brasil, espero que fueran allí mas felices de lo que hubieran sido en la España franquista

sábado, 22 de noviembre de 2008

EL CRIMEN DE ALCOBENDAS



EL CRIMEN DE ALCOBENDAS

Durante mi estancia en Madrid pude conocer a algunos primos de mi madre, no muchos, los adinerados descendientes del Marques no querían saber nada con nosotros y al contrario su intervenciones nuestras vidas fue nefasta como pronto contaré. Recuerdo a algunos jóvenes de la parte de los Sanz y a una prima, mayor y soltera, trabajaba como secretaria y alquilaba habitaciones, como tanto se hacia en Madrid, no tenia mas que solo huésped, nos lo presento un día que comimos en su casa, luego me dijeron que en realidad era su amante, un apuesto militar que la dejo para casarse con una joven, la pobre enfermo y creo que nunca se repuso de la perdida de su amor, ella nos contó que el marques murió con la foto de Alfonso XII sobre su pecho diciendo, el niño, el niño, también nos hablo de la carta que conocía en la que Laureano escribía a la reina sobre “el hijo que los dos tenemos”, era una entusiasta de la historia que hacia a Don Laureano padre del rey.

Entre los que conocí de la familia de los Tejon recuerdo a uno de ellos, Antonio Campos Tejon, del que me acorde cuando la policía nos agarro en el Retiro, creo recordar que conocí, también a su primera mujer, guapa, dulce y delicada, murió y él se caso en segundas nupcias con Perfecta, tuvieron dos hijos y fueron los protagonistas del crimen de Alcobendas que paso a contar.

Antonio era del cuerpo de policía y una de sus misiones era la de proteger el traslado del dinero del Ministerio, un día debieron ir a Alcobendas él y su colega para efectuar un pago, llevaban tres millones de pesetas. Ocurrió la tragedia, el coche fue asaltado por dos enmascarados, el compañero de Antonio fue asesinado y mi pariente recibió un tiro en el pie. La policía alertada por los disparos intervino rápidamente, demasiado rápido para los autores del crimen, en cuanto llegaron se hicieron cargo de lo ocurrido, no había habido asalto, Antonio y un cómplice habían planeado el crimen y el robo, al cómplice no tardaron en encontrarlo, era Perfecta, la mujer de Antonio que esperaba tranquilamente el tren en la estación de Alcobendas, vestida de hombre y con los tres millones de pesetas en un maletín, fue ella la que tiro contra su marido para hacer creer en el asalto, según se dijo también fue ella la que mató al compañero de su marido, debía morir para que no los denunciara, el robo conllevaba el crimen, ella no tenia miedo de nada, “yo por mis hijos lo hago todo y cualquier cosa”, frase que sigue siendo muy popular en los programas de tele basura, ella fue una precursora.

Los juzgaron, los condenaron a muerte, a los dos, Antonio cargó con toda la culpa diciendo que fue él quien obligo a su mujer a participar en el crimen, todos pensábamos que había sido mas bien lo contrario, también comentamos que si los trenes marchasen mejor y mas a menudo Perfecta podría haber escapado, una victima de la RENFE. A ella la conmutaron la pena, para él no hubo misericordia, fue ejecutado a garrote vil, cuentan que se mostró entero hasta el último momento y que murió diciendo que Franco y sus compinches eran mucho mas criminales que él, que en este país todo el mundo robaba y asesinaba, como policía debía saberlo y seguramente lo sabia.

Cuando estos hechos tuvieron lugar yo ya no estaba en Madrid, vivía en Alicante, lejos de mi madre de la que mi padre me separó, hubo algunas amigas que me preguntaron con guasa si era pariente del asesino de Alcobendas, naturalmente les di razón y también comente que asesinos había por todas partes. No fue esta la ultima vez que tuve noticias del caso, primero, ya refugiada en Paris con mi madre la policía española al buscarme a mi también la busco a ella, tuvimos que hacerla refugiada política, sacaron el expediente de Antonio Campos Tejon aunque mi madre no tenia nada que ver y ellos lo sabían, pero por si cuela, así tenían mas motivos para perseguirnos.

Años después llegó a mi casa de Paris una militante de mi partido que salía de la cárcel estuvo conmigo varios meses por motivos políticos y personales que contare mas adelante. Nos hablaba de su estancia en la cárcel de Alcalá de Henares, mi madre sabia que Perfecta estaba aun detenida en allí y le pidió noticias, le contamos el parentesco y le hablamos del caso, Lola nos dijo que había estado encarcelada con ella. Pero que era una detenida de lujo, era una auxiliar de las carceleras y reprimía a las presas con más saña aun que las funcionarias de prisiones que no eran muy tiernas que se diga, tenia un régimen especial y le iba muy bien.

Las coincidencias siempre se han acumulado en mi vida, pero no solo fue la detención de mi amiga con Perfecta sino que mas tarde en una de sus estancias en mi casa Lola nos contó que había encontrado a Perfecta en Madrid en un autobús, se saludaron, y ella le dijo que había salido de la cárcel hacia poco, que vivía muy feliz con sus dos hijos, fueron recogidos en la escuela de huérfanos de policía, y les habían dado carrera y los dos la querían mucho y vivían juntos, así consiguió por fin que sus hijos tuvieran una educación esmerada y buena posición, que quizás compartieran con los hijos del policía que sus padres mataron, de ellos no se que fue, ya no supe mas de esta historia, Antonio Campos fue el primero que conocí que fuera ejecutado a garrote vil, después conocí a otros asesinados de esta manera, pero no por los mismos motivos, mi pariente fue un criminal pero nadie merece una muerte tan atroz.

viernes, 21 de noviembre de 2008

LOS AMORES DE MI TIA

Mi Tia Toya con su marido
Toya con su marido y su padre


LOS AMORES DE MI TIA

Palacio de los condes de San Julian
Durante el tiempo que pasé en Madrid mi tía Toya formó parte de mi vida, después desapareció, muchos años pasaron hasta que volvimos a vernos pero siempre consideré que su historia formaba parte de la mía. Mi tía vivía con su madre, mi abuela Milagros, vivió siempre con ella, ocupaban  una pensión en Madrid, mi tía trabajaba en una oficina y allí se echo un novio, como se decía, formal y para casarse, yo no llegué a conocerlo, cuando Toya venia a vernos nos contaba cuanto se aburría con él, además tenia una fistula en el labio y le dijo que era incurable, así que mi tía decidió romper con él y además dejar su empleo donde tampoco se encontraba bien. Cuando venia a vernos con su guitarra, al igual que su hermano, ya jesuita, conocía la música y cantaba con poquita voz pero agradable, su encanto hacia que sus canciones nos parecieran formidables, así que animada por el éxito entre familiares y amigos decidió buscar trabajo como artista en las salas de fiestas de Madrid, las que estaban mas de moda eran Pasapoga, Villa Rosa y algunas otras que no recuerdo, creo que fue en esta última donde encontró un contrato, eran estas salas de fiestas lo mejorcito de Madrid donde iban todos los elegantes y nuevos ricos fascistas a disfrutar de las artistas del momento, creo recordar que Gloria Lasso cantaba allí, eran sitios de prestigio y me asombró que mi tía consiguiera un contrato fácilmente, aunque no fuera como artista principal, en todo caso estábamos orgullosos de sus dotes artísticas.

Los aristócratas frecuentaban aquellas salas de fiestas, entre ellos uno de los mas asiduos era el conde de San Julián, poseía gran cantidad de tierras en Murcia, la casa del condado estaba en Lorca pero él vivía en Madrid con sus padres, tenia un enchufe conseguido a dedo como inspector de trabajo, ironía suprema para una persona que nunca trabajó, su principal distracción era montar juergas mas o menos flamencas, cuando le apetecía vendía una de sus numerosas tierras y alquilaba una sala de fiestas solo para él y sus amigos, las francachelas podían durar varios días, era una costumbre de los señoritos andaluces y latifundistas varios.

Fue en la sala donde mi tía cantaba donde se conocieron y se enamoraron, él le propuso el matrimonio, mi tía no hubiese aceptado otra cosa, lo que no se si se dieron cuenta de las dificultades que iban a encontrar hasta poder celebrar sus bodas. Las dificultades no tardaron en presentarse, para entenderlas debemos saber que la familia donde mi tía debía entrar por su matrimonio, era una familia de rango fascista, no solo por ser aristócratas, el titulo era reciente y lo consiguieron gracias a las tierras que poseían, mi tía, como decía mi abuela, pertenecía a la casa del marquesado de San Juan de Puerto rico y no era mas o menos noble que aquella gente, lo malo es que no tenia un céntimo y ademas era hija de rojo exiliado y aquello era grave para los que habían ganado una guerra genocidando a media España para afincar su dominio. Entre los parientes de aquella noble familia estaba Ibañez Martín, ministro de educación y responsable según se decía de la depuración de los maestros de la República que llevó a buen numero de ellos al paredón, este personaje era el marido de la hermana de Julio, una hija suya fue la madre del Calvo Sotelo que tomaba la investidura como jefe del Gobierno, cuando lo de «  todos al suelo », mi tía tenia pocas posibilidades de ser feliz rodeada de toda esa gentuza.

La campaña de persecución y calumnias pronto se desencadenó, todo servia, vigilancia de los novios y de sus familiares, si los hubieran encontrado juntos pecando tenían la intención de denunciar a mi tía como mujer perdida, nos vigilaban a todos por eso mi madre no pudo recibirlos en Riofrio aquel verano, se prohibió a cualquier cura que los casase y se calumnió a mi tía acusándola de publico comercio, es decir de acostarse con cualquiera, Julio se peleó con su madre y tuvo que irse de casa, como él mismo cuenta en una de sus cartas a  un amigo que obra en mi poder, las calumnias cesaron solo cuando el marques de la Puebla del que ya he hablado, amenazó con llevar a los calumniadores de su prima a los tribunales.

Cuando pienso en ellos en aquella época los veo como los novios de los cuadros de Chagall, buscando bancos en frondosos jardines para cambiar frases tiernas, escondiéndose en las nubes para escapar a los que como jauría querían acabar con la felicidad que buscaban.
 Por fin terminé conociendo a Julio, no me pareció mal, era rubio y elegante, tocaba la guitarra acompañando a mi tía que cantaba, parecían felices juntos, lo único que me sorprendo fue la diferencia de edad que les separaba, cuando se lo dije a Toya me explicó que ella prefería un hombre mayor y no los jovencitos insulsos a los que de costumbre manejaba como quería.

Se casaron, por fin encontraron un cura que consintió en unirlos como dios manda, creo que fue por medio del padre Llanos el que se ocupaba del pozo del tío Raimundo, el infierno de chabolas de Madrid, era jesuita y mal visto de su jerarquía por ocuparse de los pobres que poco dinero podrían dejar a la orden, que era básicamente lo que le interesaba a esta, el padre Llanos era amigo de mi tío Pepe, el jesuita y supongo que así se pudo solucionar el problema que ya empezaba a hacer escándalo en la Villa y Corte.

Una vez casados se instalaron en un piso de la calle Mártires Concepcionistas, mi abuela vivía con ellos, creo que esa fue una de las causas de que su matrimonio no fuera todo lo feliz que debía haber sido, Milagros siempre decía que Julio era tonto y sin ningún interés, no creo que el marido de Toya fuese tonto, era tímido, no hablaba mucho, según oí contar a mi tía su madre que tenia su habitación al lado de la pareja le ponía mala cara cada vez que intuía que tenían relaciones matrimoniales, a veces se pasaba días sin hablarla, a Julio tampoco le dirigía la palabra, recuerdo que estando en su casa de visita las mujeres tomaban el café en el salón, Julio estaba en una habitación solo, rasgueando la guitarra, yo me senté a su lado para oír la música, me daba pena verle allí apartado, ya ves nena, me dijo, yo soy el tonto de la familia. Yo pensaba que el valor que tuvo para rebelarse contra los suyos y llevar al altar a mi tía debió ser la mayor hazaña de su vida y creo que hasta el final conservó el amor que los unió, el matrimonio tuvo sus altos y sus bajos, creo que sin la presión de la familia de él que nunca acepto a su esposa ni quiso tener tratos con ella y la presencia perenne de mi abuela hubieran sido felices. 
Se separaron, se volvieron a unir, cuando estaba enfermo y comprendiendo que moriría pronto le dijo a mi tía que había firmado un papel para que lo enterraran en Lorca, en una concesión donde podrían reposar juntos, su hermana le atormentaba para que firmara que lo enterraran en el mausoleo familial donde no habría sitio para su esposa, no quiero que nadie diga que las cosas no fueron bien entre nosotros, le dijo. Y así murió, junto a ella.

 La noble familia nunca dejo de intervenir en sus vidas, el hermano pequeño de Julio había creído que su hermano no se casaría y el titulo seria a él y a sus descendientes, no lo consiguió, pero poco antes de morir mi tía me contó que un hijo de este individuo había sido nombrado embajador y se presentaba como el conde de San Julián, como si fuera hijo mio, me comentó escandalizada, los aristócratas fascistas son capaces de todo.
Tuvieron tres hijos, la niña nació poco después de que me obligaran a separarme de mi madre, después tuvo dos hijos varones, ya iré hablando de ellos cuando atraviesen fugazmente mi vida.

A continuación publico algo sobre el ínclito Ibáñez Martín, conociendo quienes eran se puede comprender lo que mi tía debió aguantar de ellos.

¿QUIEN FUE IBAÑEZ MARTIN?




José Ibáñez Martín con uniforme falangista, conversando amistosamente

con su colega nazi el Reichsstudentenführer  Gustav Adolf Scheel


LORCA TIENE UN INSTITUTO QUE EXALTA LA MEMORIA DEL MINISTRO DE FRANCO QUE HA PASADO A LA HISTORIA COMO EL MAYOR PERSEGUIDOR DEL PENSAMIENTO, LA CULTURA, LA UNIVERSIDAD Y EL MAGISTERIO ESPAÑOL

Miles de profesores y maestros republicanos fueron fusilados, encarcelados, separados de la enseñanza, desterrados, exiliados y condenados al hambre y la marginación con la complicidad de

JOSE IBAÑEZ MARTIN

¡CAMBIO DE NOMBRE AL IES ¡¡YA!!
EN UN MENSAJE DIRIGIDO A LA SOCIEDAD LORQUINA POR

Amigos de los Caídos por la Libertad (1939-1945)

 

miércoles, 19 de noviembre de 2008

MADRID, RIO ROSAS Y OTRAS HISTORIAS



MADRID, RIO ROSAS Y OTRAS HISTORIAS
Mi tiempo en Madrid se acababa, como un reloj de arena pasaban los días sin que yo supiera que eran los últimos que viviría con mi madre en la capital fascista, un día me puse a gritar y todo se desvaneció como un sueño, al despertarme no había nadie conmigo, todo había desaparecido, estaba sola, encerrada en una clínica con un policía a la puerta de mi habitación, pero aun no hemos llegado a ese tiempo de desgracia.

Entre las personas que tenían relación con nosotros se contaba Lola Gaos, ya hable de los Gaos anteriormente, contando los amores de Vicente con mi tía, ahora con quien nos veíamos era con Lola. Esta amiga de mi madre vivía en la calle Río Rosas, en un edificio donde además de ella vivían otras gentes conocidas, artistas y hasta un premio Nóbel, ella quería ser actriz, estaba casada con Gonzalo Castelló, procurador valenciano y también amigo de mis padres, la historia de los dos es otra mas de lo que se vivió durante la dictadura fascista. Lola tenia varios hermanos, el filósofo estaba en México refugiado, otro de ellos estaba en la cárcel de Valencia por republicano, Lola le llevaba la comida a la prisión y allí conoció a Gonzalo, también preso como defensor de la República asesinada, cumplida sentencia se casaron, pero debo contar que no fue fácil, Gonzalo estaba casado y tenia una hija, Mary Luz, que siempre ha formado parte de mi historia, la mujer de Gonzalo y madre biológica de mi amiga fue la celebre Pilar Soler, militante comunista, también fue encarcelada en la cárcel de Valencia donde nació mi amiga que siempre estuvo orgullosa de haber nacido allí.

Las vidas en aquella época eran complicadas, miedo, represión y clandestinidad se mezclaban y al final nadie sabía quien era quien. Pilar Soler fue siempre un personaje misterioso, muchas historias se contaban de ella, cuando Gonzalo salio de la cárcel había desaparecido dejando a Mary Luz con una hermana de su marido, a su hija tardaría largos allos en verla, la razón de su desaparición fue que el partido comunista le ordenó, según ella contaba, ser auxiliar de Monzón, fue su compañera y también cuentan algunos quien le entregó a la policía por orden de Carrillo, ella pudo refugiarse en Francia, la historia de Monzón, poco conocida por muchos, puede leerse en el libro de Almudena Grandes “Inés o la alegría”, donde también de pasada habla de Pilar, quizás hable de ella mas adelante cuando nos encontremos todos en Francia.

Gonzalo y Pilar habían tenido la suerte de no casarse por la Iglesia, durante la República no era necesario como lo fue luego, al acabar la contienda los matrimonios civiles fueron declarados nulos y así pudo casarse Gonzalo con Lola, vivían en Madrid y ninguno de los dos militaban ya en el PCE, hace poco vi en la minuta del juicio contra un amigo mío comunista. que fue defendido por Gonzalo, nunca renegó sus ideas, ya lo encontraremos mas adelante, hay muchas vidas que se tejen con las mías.

Yo admiraba a Lola, admiraba su tesón, no era guapa, de pelo ralo, nariz grande y cuerpo anguloso,  la miraba y me decía que nunca había conocido a una persona con menos posibilidades de llegar a estrella, y sin embargo su incesante búsqueda de contratos acabo por llevarla a la pantalla, no como primera estrella pero con papeles secundarios pero importantes, como en Viridiana, este film de Buñuel se hizo famoso por la escena en que se parodia la Última Cena de  Leonardo, pero sobre todo por la intervención de Lola en la que les dice a los reunidos que va a hacerles una foto, y se levanta la falda entre las risas de todos, es de antología, también se hizo popular en los tiempos de la transición con una serie televisiva que nunca vi.

Al casarse Lola y Gonzalo recogieron a Mary Luz y vivió con ellos, la niña siempre consideró a Lola como su madre, tanto es así que cuando llegó el divorcio se puso del lado de Lola y perdió la relación con su padre, cuándo nos encontramos en Madrid Mary Luz era unos años mas joven que yo, era bastante timidas, hablaba poco y yo tampoco era muy dicharachera, no tuvimos relación de salir juntas con amigos o ir al cine, como tuve con otras niñas de mi edad, aun así nuestras vidas se mezclaron y siempre la consideré como alguien muy querido, me parece que ella nunca se dio cuenta del cariño que la tenia, quizás por mi manera de ser un tanto hosca. Años después Mary Luz se fue a Paris, quería buscar y conocer a su madre biológica, allí nos encontramos y debo decir que fue gracias a ella que conocí al que fue mi marido, la vida continuó uniéndonos y separándonos, hasta ahora.

Mi etapa madrileña se terminaba, quiero recordar algunos hechos que muestran la manera como vivíamos, mama se ocupaba de mi como mejor podía, su interés por mi salud la llevó a decidir que debía operarme de las amígdalas, es cierto que siempre tenia anginas, desde pequeña, la operación se llevo acabo felizmente y el doctor me dijo que no tenia nada que temer y que los primeros días era recomendado alimentarse con helados, quizás intuyo mi violenta pasión por ellos. Llegando a casa me tumbe a descansar en la cama, delante estaba una ventana que daba a un patio interior, como vivíamos en ático veíamos el final de los edificios, estaba un poco atontada pero al abrir los ojos me di cuenta que las casas que veía por la ventana oscilaban de un lado a otro, mi cama también parecía moverse, aquello me indigno, el doctor me había dicho que no me pasaría nada y sin embargo tenia vértigos y todo daba vueltas, naturalmente pensé en que los adultos decían a las niñas como yo cualquier cosa para engañarlas, yo era así, unas horas mas tarde oímos por la radio que había habido un temblor de tierra en Madrid y que los edificios habían aguantado a pesar del bailecito que yo pude ver, la lástima es que viví ese acontecimiento sin darme cuenta de lo que era.

Yo vivía un poco a mi aire y todo el mundo se había dado cuenta que se me neutralizaba fácilmente poniendo un libro en mis manos, tanto mi madre como Ángel me compraban muchos, sabían la alegría que me daban, conocí las obras de Agata Christie y un monton de novelas policíacas que se leían en la época, sigo con una adición muy fuerte a esta literatura, a cada uno su droga. Las novelas de Zane Grey, novelas del oeste salvaje, también me gustaba y hasta decidí un día ser la heroína de Fort Henry, un personaje que hoy día juzgo repugnante por su manía de matar a los indios que se defendían de los genocidas anglosajones, pero mi conciencia política de la época no daba para tanto.
También aprendí a conocer y amar el Canadá y su policía montada gracias las obras de James Olivier Curwood, un autor que me hacia vivir con osos y lobos entre maravillosos bosques,  todos los jóvenes deberían leerlos para amar la naturaleza y los animales en libertad, hoy día esta olvidado, aunque existe una hermosa película francesa dedicada a un oso.

Otros libros a los que me aficione, fueron los de la serie de Celia, “Celia, lo que dice”, “Celia en el colegio” y así una larga serie hasta el último que fue prohibido, la historia de la autora es interesante reproduzco al final algunos datos de su vida al hablar de uno de sus libros censurado y difícil de encontrar aun hoy en día. Uno de sus libros me intereso mas que otros, Celia ya era mayor, su madre murió y su padre se arruinó, ella se tuvo que poner a trabajar como maestra en un pueblo de la Castilla profunda, cuenta allí las dificultades que encontraba, los notables del pueblo, el cura, e incluso los padres de las niñas no deseaban que la cultura llegase al pueblo, el saber os hará libres y eso no iban a consentirlo, se vio claro años mas tarde, Celia escribía para consolarse unas estrofas que me gustaron y las aprendí de memoria:
                   Clara y Serena
                    Mi corderita
                    Cuantos tormentos
                    Tu amor me quita
Como bien se ve no son dignos del premio Nóbel pero lo curioso del caso es que hoy día tengo dos nietas, una se llama Clara y otra Serena y no he sido yo quién escogí dichos nombres, casualidades de la vida, destino, no se sabe.

                     ELENA FORTUN



Título del libro: Celia en la Revolución
Autor: Fortún Elena
Idioma: Castellano

Acerca de Celia en la Revolución
Elena Fortún escribió antes de la guerra una serie de libros infantiles-juveniles que sólo pasada la transición volvieron a editarse: “Celia, lo que dice”, “Celia en el colegio”,…, hasta seis títulos. Elena Fortún era el seudónimo de Encarnación Aragoneses Urquijo; dejó una obra sin terminar, el libro que se editó en 1987 por la Editorial Aguilar, es un borrador de 1943, su titulo por si sólo nos invita a conocer de la mano de Celia, su personaje, lo acontecido de principio a fin en la guerra del 36: “Celia en la revolución”. Resulta curiosa la labor desarrollada en un tema tan arduo por una escritora que podía pasar por escribir para niños y niñas que viven de sus fantasías, con alguna frustración, pero en general un mundo más o menos completo. Su personaje vive el momento histórico, no se aleja de lo real y trágico, pero además lo transmite con la frescura y la visión clara de la mirada de una niña. “Celia en la revolución” presenta un problema, salvable, y es que la autora no pudo terminarlo en todas sus partes, y en algún momento encontramos frases que no se entienden bien, están faltas de algo que las explique. Aun así resulta una narración que nos sitúa en el Madrid en guerra, nos introduce en los acontecimientos más relevantes y, finalmente, el personaje, Celia, se planta ante la Aduana, en Valencia, para salir de España, como cientos de miles de españoles ante la victoria de la injusticia social y el crimen. En Madrid ha visto cómo los fascistas tiran desde los aviones, pan envuelto en papel de seda, y cómo la gente no lo come, se lo da a los perros, nadie quiere su pan, se prefiere pasar hambre. Ha vivido bajo los bombardeos, ha visto a la gente trabajadora que voluntariosa y sin medios se ha dispuesto al combate y confía, como el padre de Celia, en la defensa de Madrid: “…esta noche debemos luchar todos” “vamos a ganar la guerra”.
En el adiós a su casa de Madrid escucha a sus amigos decir que aún creen que cuando entren las tropas de Franco no va a pasar nada. Tiene que dejar sus cosas más queridas, entre ellas un Quijote con ilustraciones de Moreno Carbonero. Se despide de sus juguetes, de la familia que la ha recogido, del jardín a la puerta de casa, y teme que las circunstancias le impidan volver a ver todo lo que allí se queda. Va a reunirse con su padre en Francia, confía en dar con él para luego marcharse a América.
Elena Fortún creó un personaje que con muy poquitos años nos va mostrando sus vivencias en tales circunstancias de un modo que nos llega; Celia no es ninguna revolucionaria, pertenece a una familia de cierta posición económica, su padre defiende la República, son católicos pero abiertos de pensamiento y respetuosos de las reformas que la República ha puesto en marcha pues saben de la necesidad de cambiar un sistema injusto. Celia y su familia son el símbolo de la gente en principio menos comprometida, pero a los que también la persecución les alcanzó porque los golpistas querían exterminar de raíz todo pensamiento diferente al suyo.
De "Lo que vivió Celia " de Ramón Pedregal Casanova (Rebelión).