sábado, 29 de septiembre de 2007

MI ULTIMO VERANO EN ESPAÑA

Alicante, plaza de los luceros


MI ÚLTIMO VERANO EN ESPAÑA

Juan Manuel y yo marchamos ilusionados a Alicante, queríamos ver a Mary Dory su hijo y sus padres que nos esperaban, no llamamos antes de llegar, ojala lo hubiésemos hecho, al llagar a su piso nos encontramos con que tanto don José como Arely estaban en la cama enfermos del tifus, había una epidemia en el sur y no nos habíamos enterado, no informaban de nada, no querían que se supiese lo que pasaba a nuestro alrededor. Naturalmente no podíamos quedarnos con ellos, nos despedimos pensando que los veríamos cuando sanara, los dos se libraron de la enfermedad pero yo no volví a verlos nunca mas.

Nos pusimos en contacto con mi amiga pensando que podríamos ir a su casa, no fue así, ella estaba casi recién parida y su suegra la prohibió que nos viera, como habíamos estado en casa de los enfermos temía que contagiáramos al bebe y a toda la familia, por mas que le dije que los breves minutos que había pasado con sus padres no debían suponer un gran peligro no hubo nada que hacer así que nos dejo tiraditos en la calle, busque una pensión donde pasar unos días antes de volver a Barcelona, al segundo día de nuestra estancia comprendí que allí también había enfermos, así que tome miedo a que pudiéramos agarrar el virus, sobre todo mi hermano que era muy jovencillo. Preparamos el petate y nos dirigimos a la estación, para llegar pasamos por la plaza de los Luceros una bonita plaza de Alicante con un jardincillo, nos paramos a descansar un momento y un coche se paró, un señor se acercó a nosotros, le reconocí se trataba de Gonzalo Castelló, el marido de Lola Gaos y que siempre había querido mucho a mi madre, le extrañaba vernos allí, fue un encuentro raro, le conté mi historia con mis amigos y le dije con medias palabras que me había marchado de Barcelona por motivos imperiosos, con medias palabras me contesto, Gonzalo era procurador, había hecho cárcel como comunista y muchos años mas tarde defendió un rupo de jóvenes comunistas que luego fueron camaradas de mi partido, ya lo contaré, lo había comprendido todo y me dijo que él estaba en su chalet creo que en Muchamiel, tenia también que volver a Madrid pero nos instaló en su casa y nos dio la llave diciéndonos que estuviéramos el tiempo que quisiésemos, nunca olvidare su amparo.

No estuvimos mucho tiempo allí, la casa era muy agradable con un fresco jardín, pero estaba lejos de la playa, era para personas con coche así que mi hermano y yo nos aburríamos, decidimos volver a Barcelona, llamé a mi amiga para decirla que nos íbamos, y me dijo que iría a despedirnos a la estación de autobuses, allí apareció vestida con uno de los trajes que mi madre hacia iguales para las dos, nos dijimos adiós, a su hijo Javier no pude conocerlo de bebe, cuando volvimos a encontrarnos Javier tenia una hija, mi amiga tenia un nieto y yo tres y ninguna de las dos éramos las mismas jóvenes que allí se dijeron hasta pronto.

Años después supe que algunos días después de mi partida, yo ya estaba en Francia, recibió la visita de la policía y la llamaron a declarar al  cuartelillo, sabían que éramos amigas y querían que les dijera si yo le había dejado una maleta, sin mas explicaciones, ella les dijo que no y pudieron comprobar que era cierto, no nos habimos apenas visto. Años mas tarde, 30, me pregunto Mary Dory que había en aquella maleta, explosivos, le dije tan pancha, no se si le impresione, pero supongo que esperaba cualquier cosa de mi, aunque no nos vimos hasta muchos años después de la muerte del dictador siempre estuvimos en contacto y siempre la consideré como una hermana.

Cuando llegamos a Barcelona el verano continuaba, caluroso como siempre, mis amigos y camaradas habían desaparecido, escondidos, en la cárcel o de campo y playa, en mi casa mi abuela seguía bastante mal, había tenido otros derrames cerebrales y no reconocía a nadie, tenia enfermeras que se ocupaban de ella, Quique aun estaba de vacaciones y mi padre aun no había vuelto de sus viajes, yo pensé que no estaría mal pasar unos días en la costa, lejos de la gran ciudad y sus peligros, mis amigas y yo cogimos mi famosa tienda de campaña y nos fuimos de acampada a Cadaques, nos instalamos en un camping que estaba, y sigue estando, entre el pueblo y Port-lligat, naturalmente quisimos visitar la casa de Dali, pero no fue posible, la guardia civil la protegia para que nadie pudiera acercarse a interrumpir las orgías que allí organizaban, años mas tarde pude al fin visitarla con mi hijo y la verdad es que me gusto mucho, el artista ya había muerto hacia muchos años. Otro sitio que no pudimos visitar fue el cabo de Creus, habían instalado un campamento del Club Mediterráneo y los españoles no teníamos derecho a acercarnos, los turistas que veraneaban en ese especie de campo de concentración de lujo tenían prohibido mezclarse con los autóctonos y aborígenes de diferentes países.

Estando alli recibimos la noticia de la muerte de Marylin Monroe, lo senti, esa hermosa mujer, sex-simbol de toda una generación fue una victima del sistema, de la mafia y de la familia Kennedy que no podía tolerar que algún día contara sus secretos de alcoba, se ha escrito mucho sobre ella pero la verdad nunca la conoceremos.
Como ya era el mes de septiembre volvimos para seguir con nuestra lucha, o al menos eso pensábamos, aquel fue mi ultimo verano en la costa antes de mi exilio por eso nunca lo olvidare, cuando pude volver nada quedaba de la hermosa Costa Brava, el cemento había convertido sus playas en un enorme tostadero de culos europeos y de todo el mundo mundial.

En mi casa la salud de mi abuela, la tata, no se arreglaba, yo no pude quedarme mucho tiempo, me dieron una cita de parte de Manolo, el FLP y el Foc me nombraban representante por Cataluña para su primer congreso que se haría en Pau, recibi un papel con un sellito y todo, yo había decidido días antes y también a petición del FLP, dar una vuelta por la geografía ibérica para ver si aun quedaban militantes libres e intentar conectarlos, para ello contaba con una amiga oriental que deseaba conocer España, tenia coche y estaba encantada de que la acompañara, claro que no sabia cual era lo que yo debía hacer en los sitios que visitaríamos. No pudo hacerse así que la deje colgada, como tantas otras cosas, cuando supe que debería ir al congreso, y como no duraría mas de una semana, le dije al medico que seguía a mi abuela que temía irme ya que la veía muy mal, no se si comprendió mis motivos pero me dijo que hiciese lo que debía hacer ya que a mi abuela Irene no tenia muco tiempo de vida, le dije que no estaría muchos días fuera, así lo pensaba, nunca mas volví a ver a la tata, como tampoco a las amigas y amigos que deje atrás y con las que debía continuar la lucha.

Como siempre temía le que la policía me buscase, decidí pasar a Francia en autobús, al parecer estaba menos vigilado que el tren, llegue sin problemas a la estación de Perpiñan, que como todo el mundo sabe es el centro del mundo, desde allí continué mi viaja hacia Pau y la cita que me habían dado, unas horas después de pasar la frontera la policía vino a detenerme a Paseo de Gracia, mi abuela acababa de morir, estaba  cuerpo presente, lo contaré mas adelante.


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