Arely, Mary Dory y yo |
NOS VAMOS, ADIOS
ALICANTE
El tiempo de
vivir en Alicante se terminaba, mi padre había ascendido en su escalafón y le
dieron a escoger entre Madrid y Barcelona, escogió la capital catalana, todos
éramos del Mediterráneo. Fue bastante duro para nosotros, mis hermanos y yo, el
tener que dejar la ciudad donde pasamos algunos años tranquilos, atrás iba a
quedar la familia Peón que tanto hacia para darnos un cariño del que nos
veíamos privados, yo dejaba a Mary Dory a la que consideraba como una hermana,
sus padres tuvieron también mucha pena, papa les ofreció que vinieran con
nosotros a Barcelona, Don José era maestro y podía pedir su traslado, así
podrían seguir ocupándose de nosotros, no quisieron, creo que Don José hubiese
querido seguirnos por no separarse de unos niños que quería como si fueran
suyos, creo que él y yo estuvimos muy unidos y que nunca nos olvidamos, Arely
no quiso, supongo que cualquier cambio la inquietaba, además mi amiga tenia
novio formal y no podía dejarle atrás, no tardarían en casarse.
Creo que no he
hablado de la importante familia de la madre de mi amiga, su madre tenia dos
hermanas y estaban casadas con dos Silavas, Rosendo Silva era el secretario
particular de Juan March, el ultimo pirata del Mediterráneo que hizo fortuna
con tráficos y piraterías diversas, era chueta de Mallorca, es decir judío
nacido allí, fue uno de los principales sostenes de Franco para organizar la
masacre que fue la guerra civil, acabada esta sus negocios florecieron aun mas,
su secretario siguió su fortuna y los Silva fueron riquísimos y de la alta
sociedad fascista de Madrid, la única que no tenia fortuna era Arely casada con
un maestro, así que no tenían mucha relación con los de Madrid. A Mary Dory la
invitaron a pasar algún tiempo en casa de la rica familia, se divirtió mucho,
sus primos pertenecían a la juventud dorada, me contaron que uno de ellos tenia
que presentarse a una oposición para entrar en hacienda, ya tenia ganado el
puesto y la nota mas alta, no quiso presentarse, su padre, el Rosendo se enfado
con él, el joven le respondió que el examen se hacia muy temprano el no podía levantarse a esas horas, además
no pensaba trabajar, con la fortuna de su padre tenia bastante, y así fue.
Otra historia de
la que me enteré respecto a los March fue la del matrimonio fallido de una de
sus hijas, por entonces el principado de Mónaco estaba arruinado y el príncipe
Rainiero decidió poner fin a un celibato que tan placentero le era debido a sus
juergas parisinas, necesitaba una rica heredera y le hablaron de la familia
March que aportaría una esplendida dote y gran apoyo a las finanzas del
Principado, el novio se mostró encantado del partido hasta que vio la foto de
la elegida, era feísima y así que prefirió casarse con Grace Kelli, la artista
favorita del momento y con un padre muy rico, así los monegascos entraron en
una era de abundancia y tuvieron a su Grace de Mónaco hasta que la princesa
murió en un misterioso accidente.
También tuve que
separarme de las amiguitas que me hice allí, últimamente habían encontrado
todas novio y ya no paseaban por la explanada, ni salían de casa esperando a
sus pretendiente, antes de caer en la enfermedad amorosa lo pasábamos bien
juntas, íbamos a los cines, los había de doble sesión, echaban dos películas
así que teníamos cine para toda la
tarde, no nos perdíamos una peli, menos las que no eran aptas para menores, en
los cine de aquella época se gritaba cuando llegaban los malos, se comían pipas
y si te sentabas junto algún chico tenias derecho a todos los toqueteos y
tenias que buscar otro sitio, el sexo de los muchachos les llevaba a esos
extremos y teníamos que estar vigilantes cuando nos poníamos el bañador en las
casetas de la playa, hacían agujeros para intentar mirarnos desnudas, después
nos seguían en el mar intentando manosearnos, aquello me pareció degradante, no
para las que lo sufríamos sino para los que así se comportaban, eran las
diversiones de los señoritos alicantinos.
Fue a través del
cine que me aficione a la ópera, fuimos a ver « Una noche en la
Ópera » de los hermanos Marx, era muy divertida pero lo que me encanto
fueron las escenas de ópera, el canto me calo muy hondo, siempre había sido
aficionada a la música clásica pero la mezcla de la melodía con la voz me
embrujo y sigo pensando es una de las alegrías mas grandes de la vida poder
apreciarlo. Poco después tuve la ocasión de asistir a la primera representación
operística de mi vida en el único teatro de Alicante, se trataba de
« Madame Buterfly » fui con una de mis amigas y a las dos nos encanto,
ella quedo prendada del tenor, el malvado Pinkerton, fuimos a verlo después de
la representación al camerino, era el clásico tenor italiano, pequeñito y
rechoncho, nos recibió alborozado de que alguien viniera a congratularle pero
estaba en compañía de su mujer que con su hijo en los brazos nos armo una
bronca diciendo que su marido estaba demasiado cansado para recibir a
jovencitas, nos marchamos a buen pasito, pero el artista fuera de las planchas
no tenia el mismo atractivo, así lo comprendimos las dos,
Otra aventura que
me queda en mi recuerdo alicantino fue nuestra visita a un escenario de crimen,
la cosa fue como sigue, en Alicante se cometió un asesinato, un caso sórdido,
dos sinvergüenzas se hicieron amigos de un viajante que acababa de cobrar los
productos que vendía, le invitaron a una casita de las afueras con el pretexto
de jugar una partida de póquer y le asesinaron para robarle. Acabaron
deteniendo a los asesinos, fueron juzgados y condenados a muerte, se les debía
ejecutar en Alicante. Mis amigas y yo habíamos seguido la historia como todo el
mundo, pero la misma amiga de la opera quiso conocer la casa donde se perpetró
el asesinato, tres o cuatro de nosotras decidimos formar un comando y visitar
el lugar, llegamos hasta la casa que estaba abandonada y cerrada, pudimos abrir
una ventana y encontrar la habitación donde mataron al muchacho, no podíamos
equivocarnos, en el suelo estaba dibujado su cuerpo y había restos que no
habían sido limpiados llenos de gusanos y con un olor insoportable, naturalmente
salimos corriendo sin volver la vista atrás, menuda experiencia, creo que no se
lo contamos a nadie, ni lo comentamos entre nosotras. Poco después me contaron
que una joven conoció a un muchacho en un baile, estuvieron toda la noche
bailando y al final le dijo que se retiraba ya que trabaja temprano el día
siguiente, poco después se enteró de que su caballero era el verdugo que vino
para ejecutar a los culpables, su impresión fue tremenda.
Nunca olvidare
tampoco la horchata, se convirtió en una droga, después de la playa corría como
una descosida hasta el primer chiringuito de la explanada, allí me bebía dos ,
una después de la otra, esperando que llegara la familia a pagarlas, siempre he
conservado esta adición, en Paris estando embarazada la añoranza de mi bebida
favorita se convirtió en un antojo, hubiera sido terrible que mi hijo naciese
con una chufita, así que mis camaradas que iban y venían a España
clandestinamente me trajeron horchata en botella, nunca los olvidaré, eran
formidables. Pronto salimos hacia Barcelona y allí empezó otra vida para mi.
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