domingo, 23 de noviembre de 2008

HISTORIAS E HISTORIETAS EN MADRID



HISTORIAS E HISTORIETAS, MI PRIMER MITIN EN EL RETIRO

En el tiempo que aun estuve en Madrid fueron pasando varias cosas de las que debo hablar, todas influenciaron mi vida, empezaré recordando a la familia de Ángel, su madre Inés era una simpática madrileña, pude seguir su vida durante años, Ángel tenia dos hermanos varones, Ricardo y el otro que era marino sir barco creo que se llamaba José Luis, su novia tenia una tienda de modas, Doza, nos contaba que las mujeres que limpiaban los hoteles de lujo de Madrid llevaban la ropa interior que las norteamericanas olvidaban, para que las vendiera, las medias de seda y de nylon, que no se encontraban fácilmente tenían mucho éxito, le propuso a mi madre que vendiera a sus clientas, mama no aceptó, a mi aquellas historias me parecían muy divertidas, dignas de la clásica picaresca, de Ricardo ya iré hablando, tuvimos relación con él durante varios años. Ines tenia también una hija, se llamaba Inés, como su madre,  la conocíamos por su diminutivo, Inesita, de muy joven siguió su vocación y entro en un convento de monjas, como era corriente en aquel tiempo cayó enferma de tuberculosis, las monjas la pusieron en la calle y le dijeron que la cuidara su madre que ellas no tenían dinero para enfermas, metieron la pata porque Inesita se curó, tenia verdaderamente fe y al verse rechazada por las monjas se fue a trabajaran con el padre Llanos, jesuita y por cierto amigo de mi tío Pepe, se ocupaban de ayudar a los que vivían en las miserables chabolas del amontonamiento de miseria que se conocía con el nombre del pozo del Tío Raimundo, este nombre ha quedado como ejemplo de los sufrimientos de tanta gente que tuvieron que dejar sus pueblos y venir a las capitales empujados por la miseria que se vivía en aquellos gloriosos tiempos del nazi-franquismo.

Voy a contar ahora la historia de Susi, creo que era sobrina de Inés y una de las jóvenes mas guapas que he conocido, la clásica belleza rubia de ojos azules, jovencita se puso a trabajar en una oficina, tenia novio formal y muy enamorado, sus amores no duraron mucho, un señor mayor y rico se encapricho con ella, era casado, pero eso no le impidió proponerla relaciones, le ofreció una casa, dinero, y empleos para toda su familia,  nada les faltaría, se discutió mucho del caso, todos dábamos nuestra opinión, Susi deseaba continuar sus amores, pero su familia la convenció del la vida de lujo y de prosperidad que el viejo señor le ofrecía, y ellos también estarían al abrigo de la dureza de la vida que en aquella época era mucha, el novio lloró, suplicó a Susi y a sus padres, y como de costumbre el dinero y la seguridad pudieron mas que los sentimientos. La verdad es que Susi y a su familia vivieron muy bien, todo el mundo se hacia lenguas de la suerte que había tenido la joven, la tenia  como una reina, con el tiempo tuvo por lo menos tres hijos de su amante, él los adoraba, con su esposa no tenia descendencia, como era del dominio público su segunda familia un día su mujer le propuso reconocer a los hijos, ya que ella no podía dárselos le dio permiso para hacerlo, así se hizo, al parecer todos vivieron juntos y felices,  el amor puede ser un estorbo del que hay que deshacerse para encontrar una vida placentera, hay que ser realista, esta historia me recordaba las novelas de Pérez Galdos, por su perfume antiguo, mas tarde conocí otra muy similar también relacionada con amigos de mi madre.

Desde que nos instalamos en Madrid teníamos una joven empleada del hogar que se ocupaba de la casa, mi madre estaba todo el día en el taller y con sus clientas, también se ocupaba de mi, yo la tenia mucho cariño, era joven y alegre, tenia novio formal y pensaban casarse pronto, como siempre el obstáculo era la falta de trabajo para el muchacho. Muchas tardes mama  mandaba a Fina a pasear al Retiro conmigo, allí se nos reunía su novio y hablábamos de los problemas que encontraban, yo no tenia mas que unos 13 años, y no se de donde me sacaba ciertas ideas que a lo mejor tenia mucha gente sin atreverse a exponerlas, a mi nunca me ha impedido nadie hablar así que una tarde sentados en un banco empecé a explicarles que vivíamos en un país donde no había futuro para los trabajadores, que siempre estaría explotado sin conseguir una buena situación para casarse, le recomendé que se marchara lejos de la dictadura, quizás a América Latina, en el calor de mis palabras debí levantar la voz y sin saber de donde surgieron dos individuos que se identificaron como policías, nos subieron a un coche y nos llevaron a la comisaría por propósitos subversivos. La verdad es que no me provocaron el menor miedo, les expliqué con calma que Fina estaba a mi servicio y que por lo tanto yo sola era la responsable y que la que hablaba era yo, su novio tampoco tenia nada que ver con el asunto, les pedí que les soltaran. Como siempre se me ocurre algo me acorde de uno de mis parientes policías, les dije que se dirigieran al señor Antonio Campos Tejon, compañero suyo y que él respondería por mi. Me escucharon en silencio sin responder a mis argumentos, nos dijeron que nos sentáramos en un banco de la comisaría y que esperásemos la inculpación, no se cuanto esperamos, Fina y su novio parecían abatidos, salio un policía malcarado que nos dijo bruscamente, anda, largaros, así que nos marchamos con mucha dignidad y deprisita.

No supe nunca si habían preguntado al primo de mi madre por mi, no tuve ocasión de preguntárselo, a veces venia por casa, parecía simpático, era viudo y se casó en segundas nupcias con una mujer llamada Perfecta, tuvieron dos hijos,  los esposos fueron los protagonistas del horrible crimen de Alcobendas, hablaré de este asunto en el próximo capitulo. El novio de Fina no olvidó nuestras discusiones, un día se marcho a Brasil, para buscar allí una buena situación, le prometió a la novia que pronto volvería, Fina lloró mucho y me culpaba de haber metido en la cabeza de su novio semejantes ideas, el novio volvió, se casaron, recuerdo a Fina con su traje blanco llorando de emoción y abrazándonos, el novio había vuelto para llevársela y partieron inmediatamente a Brasil, espero que fueran allí mas felices de lo que hubieran sido en la España franquista

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