HISTORIAS E
HISTORIETAS, MI PRIMER MITIN EN EL RETIRO
En el tiempo que
aun estuve en Madrid fueron pasando varias cosas de las que debo hablar, todas
influenciaron mi vida, empezaré recordando a la familia de Ángel, su madre Inés
era una simpática madrileña, pude seguir su vida durante años, Ángel tenia dos
hermanos varones, Ricardo y el otro que era marino sir barco creo que se
llamaba José Luis, su novia tenia una tienda de modas, Doza, nos contaba que
las mujeres que limpiaban los hoteles de lujo de Madrid llevaban la ropa
interior que las norteamericanas olvidaban, para que las vendiera, las medias
de seda y de nylon, que no se encontraban fácilmente tenían mucho éxito, le
propuso a mi madre que vendiera a sus clientas, mama no aceptó, a mi aquellas
historias me parecían muy divertidas, dignas de la clásica picaresca, de
Ricardo ya iré hablando, tuvimos relación con él durante varios años. Ines
tenia también una hija, se llamaba Inés, como su madre, la conocíamos por su diminutivo, Inesita, de
muy joven siguió su vocación y entro en un convento de monjas, como era
corriente en aquel tiempo cayó enferma de tuberculosis, las monjas la pusieron
en la calle y le dijeron que la cuidara su madre que ellas no tenían dinero
para enfermas, metieron la pata porque Inesita se curó, tenia verdaderamente fe
y al verse rechazada por las monjas se fue a trabajaran con el padre Llanos,
jesuita y por cierto amigo de mi tío Pepe, se ocupaban de ayudar a los que
vivían en las miserables chabolas del amontonamiento de miseria que se conocía
con el nombre del pozo del Tío Raimundo, este nombre ha quedado como ejemplo de
los sufrimientos de tanta gente que tuvieron que dejar sus pueblos y venir a
las capitales empujados por la miseria que se vivía en aquellos gloriosos
tiempos del nazi-franquismo.
Voy a contar
ahora la historia de Susi, creo que era sobrina de Inés y una de las jóvenes
mas guapas que he conocido, la clásica belleza rubia de ojos azules, jovencita
se puso a trabajar en una oficina, tenia novio formal y muy enamorado, sus
amores no duraron mucho, un señor mayor y rico se encapricho con ella, era
casado, pero eso no le impidió proponerla relaciones, le ofreció una casa,
dinero, y empleos para toda su familia,
nada les faltaría, se discutió mucho del caso, todos dábamos nuestra
opinión, Susi deseaba continuar sus amores, pero su familia la convenció del la
vida de lujo y de prosperidad que el viejo señor le ofrecía, y ellos también
estarían al abrigo de la dureza de la vida que en aquella época era mucha, el
novio lloró, suplicó a Susi y a sus padres, y como de costumbre el dinero y la
seguridad pudieron mas que los sentimientos. La verdad es que Susi y a su
familia vivieron muy bien, todo el mundo se hacia lenguas de la suerte que
había tenido la joven, la tenia como una
reina, con el tiempo tuvo por lo menos tres hijos de su amante, él los adoraba,
con su esposa no tenia descendencia, como era del dominio público su segunda
familia un día su mujer le propuso reconocer a los hijos, ya que ella no podía
dárselos le dio permiso para hacerlo, así se hizo, al parecer todos vivieron
juntos y felices, el amor puede ser un
estorbo del que hay que deshacerse para encontrar una vida placentera, hay que
ser realista, esta historia me recordaba las novelas de Pérez Galdos, por su
perfume antiguo, mas tarde conocí otra muy similar también relacionada con
amigos de mi madre.
Desde que nos instalamos
en Madrid teníamos una joven empleada del hogar que se ocupaba de la casa, mi
madre estaba todo el día en el taller y con sus clientas, también se ocupaba de
mi, yo la tenia mucho cariño, era joven y alegre, tenia novio formal y pensaban
casarse pronto, como siempre el obstáculo era la falta de trabajo para el
muchacho. Muchas tardes mama mandaba a
Fina a pasear al Retiro conmigo, allí se nos reunía su novio y hablábamos de
los problemas que encontraban, yo no tenia mas que unos 13 años, y no se de
donde me sacaba ciertas ideas que a lo mejor tenia mucha gente sin atreverse a
exponerlas, a mi nunca me ha impedido nadie hablar así que una tarde sentados
en un banco empecé a explicarles que vivíamos en un país donde no había futuro
para los trabajadores, que siempre estaría explotado sin conseguir una buena
situación para casarse, le recomendé que se marchara lejos de la dictadura,
quizás a América Latina, en el calor de mis palabras debí levantar la voz y sin
saber de donde surgieron dos individuos que se identificaron como policías, nos
subieron a un coche y nos llevaron a la comisaría por propósitos subversivos.
La verdad es que no me provocaron el menor miedo, les expliqué con calma que
Fina estaba a mi servicio y que por lo tanto yo sola era la responsable y que
la que hablaba era yo, su novio tampoco tenia nada que ver con el asunto, les
pedí que les soltaran. Como siempre se me ocurre algo me acorde de uno de mis
parientes policías, les dije que se dirigieran al señor Antonio Campos Tejon,
compañero suyo y que él respondería por mi. Me escucharon en silencio sin
responder a mis argumentos, nos dijeron que nos sentáramos en un banco de la
comisaría y que esperásemos la inculpación, no se cuanto esperamos, Fina y su
novio parecían abatidos, salio un policía malcarado que nos dijo bruscamente,
anda, largaros, así que nos marchamos con mucha dignidad y deprisita.
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