sábado, 16 de febrero de 2008

A INSTANCIA DE PARTE



A INSTANCIA DE PARTE

Existía un delito en código español que solo se perseguía a instancia de parte, se trata del adulterio, los maridos podían denunciar a sus esposas como adulteras y solo así se las perseguía, era un delito puramente femenino, los hombres no eran perseguidos como adúlteros, las mujeres sabían muy bien que nunca podrían condenarles.

Mi padre aprovechó de esta aberración del código penal para denunciar a mi madre, acusándola de adulterio, con Ángel Sáenz de Heredia, Ángel no seria inculpado, solo mi madre. Nunca he tenido muy claro de quien de los dos, mi padre y mi abuela fue la vil idea de inculpar a mi madre, la unión de dos maldades les llevo a intentar que acabase su vida en la cárcel, sin un pulmón y con trastornos respiratorios no hubiera sobrevivido a la cárcel, tal vez es lo que los dos buscaban apoyados por la hermana de mi abuela, la tía Maria y sus hijos que se presentaron como acusadores de mi madre.

Las razones que les llevaron a este crimen también son difíciles de entender por personas normales, mi abuela se unió al hombre que había abusado de su hija Toya para intentar acabar con la libertad de su hija mayor, las razones que podía tener se basaban en el odio que sentía por su hija, historias de familia, mi madre fue siempre la preferida de su padre, a pesar del destierro nunca se rompieron los lazos que la unían al padre ausente, eso mi abuela no podía admitirlo, por culpa de la acción política de su marido había perdido su posición social y se encontraba sola, sin ningún hombre en su vida así que no podía soportar que a mi abuelo no le faltaran mujeres para consolarle y ocuparse de él, mi madre lo sabia y nunca le hizo ningún reproche y eso mi abuela no podía soportarlo, había conseguido separar a todos sus hijos de su marido, menos a mi madre.

Yo hacia mucho tiempo que me di cuenta del odio de mi abuela por su hija, cuando venia a vernos hablaba mucho conmigo y siempre era para insidiosamente intentar ponerme contra mi madre, nunca olvidaré su cara de hipócrita. Esta historia me produjo un complejo de culpabilidad completamente irracional, el hecho de que mi padre y mi abuela se encontraron en la clínica, junto a mi cama, y marcharan juntos para ponerse de acuerdo contra mi madre, el hecho también de que me di cuenta de que algo malo tramaban, pesó sobre mi, como hubiera podido yo, inmovilizada en mi lecho de dolor impedir lo que tramaban, cuantas veces me lo he planteado sin encontrar solución.

La familia de mi abuela, los nobles descendientes del marques de marras fueron tambien los que apoyaron a mi padre en su denuncia, no puedo comprender el porque, supongo que querian que se supiese que no estaban de acuerdo con la conducta de mi madre, con su esperanza de ser feliz con el hombre que amaba, tambien debia intervenir el deseo de que los fascistas del Regimen supiesen hasta que punto rechazaban a mi abuelo exilado, persiguiendo a su hija mostraban que su fascismo era arraigado y sincero y que estaban dispuestos a perseguir a cualquier republicano, a cualquier mujer rebelde, aunque fuese de su familia, como hicieron en esos tiempos de plomo cientos de miles de españoles.

 Es curioso que una de las harpias que mas intervino contra mi madre para que se persiguiera a esa mujer impura, fue una de las hijas de tia Maria, se  llamaba tambien Maria, era enfermera y se casó por esas fechas, ayudante de un cirujano este le cosió la virginidad que el habia gozado, su marido tuvo asi algo que romper en su noche de bodas, asi se contaba en la familia, seguramente esta mujer queria al denunciar a mi madre que se supiera que ella era mas pura que la Virgen de su nombre.     

Otro de los acusadores de mi madre fue el doctor que trató a mi hermano de la polio, al verme enferma mi madre le llamó a mi cabecera, me contaron que nada mas entrar en casa y oírme gritar dijo, “esta niña tiene meningitis, hay que tratarla inmediatamente” y así me encontré en la clinica, puede que su diagnóstico inmediato me salvara la vida y evitara que me quedaran secuelas cerebrales, era un buen médico, también fue un sinvergüenza redomado, mi padre le dio algún dinero y no dudo en ir a declarar contra mi madre.

Todos se pusieron contra Milagros, mi madre no encontró ningún apoyo, tuvo que arrostrar sola las declaraciones en los tribunales, la inculpación, la vigilancia policíaca de un detective pagado por mi padre, incluso por un momento Ángel pareció querer dejarla sola, seguramente influenciado por su familia, mama me contó que consiguió que no la abandonara, pero supongo que también fue una puñalada en su corazón. Mama, en medio de tanta persecución debía seguir trabajando para vivir, su taller tenia muchos encargos, pero debido a la situación no podía ocuparse de todo, debió dejar la dirección momentáneamente en manos de su ofíciala primera. Por si fuera poco a lo que tenia que hacer frente supo que estaba embarazada, no podía soñar en tener un hijo en esas circunstancias, la hubiera llevado derechita a la cárcel, para que mejor prueba del adulterio, ya que pruebas del adulterio no había,esta hubiese sido definitiva.

Tuvo que abortar, clandestinamente, como se hacia en aquella época tan lejana y tan cercana ahora que se quiere otra vez penalizar el aborto, el solo hecho de hacerlo estaba prohibido y penado por la ley, solo este hecho hubiera bastado para perderla, consiguió hacerlo, a pesar de su salud frágil, de la persecución que sufría, salio adelante, mi madre era fuerte y valiente, siempre supo hacer frente a todo con, con coraje, en su lecho de muerte sus hijos y yo nos decíamos que el impulso vital en ella era tan fuerte que conseguiría escapar a la negra nube que intentaba cubrirla, no morirá, decíamos, la creíamos inmortal, seguramente lo es.
Mi madre no fue condenada, el juicio tardo en verse dos largos años, entretanto Ángel había muerto y ella había perdido el derecho de vivir con sus hijos y hasta de verlos, mi padre consiguió una sentencia del tribunal de menores que nos prohibía ver a mi madre y eso antes de que hubiese condena alguna contra ella, hablare de ello a continuación, publico también la sentencia que declaraba inocente a Milagros.

Quiero contar también dos hechos curiosos, mi madre siempre se creyó un poco bruja, su padre le decía que era de familia y que él también lo era, le contaba que cuando odiaba a alguien le echaba una maldición y en muchos casos se cumplía. Mama echaba los tarots a sus amigos en Paris, manejaba el péndulo e intentaba ver el porvenir en su bola de cristal que conservamos siempre como una reliquia, pues bien algunas de sus maldiciones se cumplían, la Maria que tanto intervino contra ella llegó un día a su casa, antes de lo que se esperaba, y encontró a su marido en la cama con su mejor amiga, historia banal, pero ella se quedo muda de la impresión, por haber hablado mal de mi, comentaba mi madre.

Otro caso de maldición cumplida fue la de su primera ofíciala, durante los problemas de mi madre, su ausencia mientras abortaba, cobro las facturas de las clientas, y se las llevó para coser por su cuenta, diciendo que mi madre había cerrado el taller, así que cuando mi madre volvió se encontró arruinada y sin poder pagar a las modistillas, tuvo que liquidar su taller que nunca renació como fue antes. Me contaba mama que años después se encontró con aquella sinvergüenza por la calle, se había casado con el dinero que consiguió estafando a mi madre y en un cochecito llevaba a dos niños gemelos, eran muy monos pero la chica levanto la colchita que tapaba sus piernas que eran deformes, habían tenido los dos la polio, mama quedo aterrada, pensó que era debido  a su maldición y siempre repetía cuando lo contaba “yo no he querido esto”, pero así fue, así que tal vez sea mejor no echar maldiciones, no se si mama siguió haciéndolo, tampoco estoy muy segura de que fuese bruja, pero creerlo le ayudaba a vivir.



 




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